sábado, 7 de junio de 2008
viernes, 6 de junio de 2008
destino
Vine aquí a buscar la poesía
esa fábrica de libertades
para que veas
la libertad: tu casa
en maqueta; un pequeño escenario
dónde imitar el vuelo
para que no creas que el gris lo es todo
y que los periódicos empapelan tu mente
con agrios contratos de cuentas aburridas
no, la vida vive, como vive el espacio
en cada una de las rutas de tu cuerpo
como vive la mente en cada fantasma
y en cada rayo de vida vislumbrado
así que te cuento lo entrevisto
para que reposes en ésta corriente al gran océano.
Antonio Lameiro
Versos esenciales del mahamudra de Maitripa
VERSOS ESENCIALES DEL MAHAMUDRA
¡Rindo homenaje a la delicia más interior!
Para explicar el Mahamudra diría...
¿Todos los fenómenos? ¡Tu propia mente!
Si buscas el sentido en el exterior, confusión encontrarás.
Los fenómenos son como un sueño, vacíos de substancia propia.
Y la mente es meramente el flujo de la atención.
No hay substancia del yo: sólo flujo de energía.
No hay substancias distintas: todo es uno como el espacio.
Todos los fenómenos son semejantes , como el espacio.
A eso le llamamos Mahamudra.
No tiene una identidad que exhibir;
Por esa razón, la naturaleza de la mente es en sí misma, el mismísimo estado de Mahamudra
(El cual ni se elabora ni cambia)
Si te percatas de esa realidad básica,
reconocerás todo lo que surge,
todo lo que transcurre,como Mahamudra:
el Dharmakaya omnipenetrante.
Descansa en la verdadera naturaleza, sin elaboración.
Medita sin buscar el Dharmakaya-
eso (lo que buscas), es carente de pensamiento.
Si tu mente busca, tu meditación será confusa.
Porque es como el espacio, o como un espectáculo de magia,
No hay ni meditación ni falta de meditación,
¿Cómo podrías estar separado o ser inseparable?
¡Así es como lo ve un yogui!
Entonces, atento tanto a lo bueno como a lo malo,
presente en la realidad como es, te liberas.
Las emociones neuróticas son un gran despertar,
Son para un yogui como los árboles para el fuego-¡LEÑA!
¿Qué significa ir o permanecer?
O buscando calma ¿meditar en soledad?
Si no logras estar presente en todo,te liberas sólo superficialmente,
Pero si lo logras ¿qué puede encadenarte?
Permanece en el estado sin distracción.
Intentar acoplar cuerpo y mente(por la respiración), no producirá meditación.
Intentar aplicar técnicas, tampoco producirá meditación.
Mira, en última instancia, nada permanece.
Conoce que lo que aparece no tiene sustancia intrínseca.
Percibidas así las apariencias: el reino de la realidad es autoliberación.
Considera todo lo que percibes: espacioso despertar, autoliberación.
No-dualidad, identidad (de perceptor y percibido): el Dharmakaya.
Así como una amplia corriente fluyendo sin parar, cualquier cosa que sobrevenga,
tiene sentido y el estado de despierto es para siempre-gran dicha sin rastro de samsara.
Todos los fenómenos están vacíos de sustancia intrínseca,
por eso la mente que se adhiere al vacío, se disuelve en su fundamento.
Libertad de actividad conceptual es la senda de todos los Budas.
He juntado éstas líneas
¡Que puedan perdurar en las edades venideras!
Por ésta virtud, puedan todos los seres sin excepción,
residir en el gran estado de Mahamudra.
Maitripa (Traducción de Antonio Lameiro)
¡Rindo homenaje a la delicia más interior!
Para explicar el Mahamudra diría...
¿Todos los fenómenos? ¡Tu propia mente!
Si buscas el sentido en el exterior, confusión encontrarás.
Los fenómenos son como un sueño, vacíos de substancia propia.
Y la mente es meramente el flujo de la atención.
No hay substancia del yo: sólo flujo de energía.
No hay substancias distintas: todo es uno como el espacio.
Todos los fenómenos son semejantes , como el espacio.
A eso le llamamos Mahamudra.
No tiene una identidad que exhibir;
Por esa razón, la naturaleza de la mente es en sí misma, el mismísimo estado de Mahamudra
(El cual ni se elabora ni cambia)
Si te percatas de esa realidad básica,
reconocerás todo lo que surge,
todo lo que transcurre,como Mahamudra:
el Dharmakaya omnipenetrante.
Descansa en la verdadera naturaleza, sin elaboración.
Medita sin buscar el Dharmakaya-
eso (lo que buscas), es carente de pensamiento.
Si tu mente busca, tu meditación será confusa.
Porque es como el espacio, o como un espectáculo de magia,
No hay ni meditación ni falta de meditación,
¿Cómo podrías estar separado o ser inseparable?
¡Así es como lo ve un yogui!
Entonces, atento tanto a lo bueno como a lo malo,
presente en la realidad como es, te liberas.
Las emociones neuróticas son un gran despertar,
Son para un yogui como los árboles para el fuego-¡LEÑA!
¿Qué significa ir o permanecer?
O buscando calma ¿meditar en soledad?
Si no logras estar presente en todo,te liberas sólo superficialmente,
Pero si lo logras ¿qué puede encadenarte?
Permanece en el estado sin distracción.
Intentar acoplar cuerpo y mente(por la respiración), no producirá meditación.
Intentar aplicar técnicas, tampoco producirá meditación.
Mira, en última instancia, nada permanece.
Conoce que lo que aparece no tiene sustancia intrínseca.
Percibidas así las apariencias: el reino de la realidad es autoliberación.
Considera todo lo que percibes: espacioso despertar, autoliberación.
No-dualidad, identidad (de perceptor y percibido): el Dharmakaya.
Así como una amplia corriente fluyendo sin parar, cualquier cosa que sobrevenga,
tiene sentido y el estado de despierto es para siempre-gran dicha sin rastro de samsara.
Todos los fenómenos están vacíos de sustancia intrínseca,
por eso la mente que se adhiere al vacío, se disuelve en su fundamento.
Libertad de actividad conceptual es la senda de todos los Budas.
He juntado éstas líneas
¡Que puedan perdurar en las edades venideras!
Por ésta virtud, puedan todos los seres sin excepción,
residir en el gran estado de Mahamudra.
Maitripa (Traducción de Antonio Lameiro)
El alma de las cosas
LA CONCIENCIA DE MI SER Y MI DESTINO
La cuestión que vamos a abordar en este trabajo versa sobre la idea del alma de las cosas, o, dicho de otro modo, acerca del alma del mundo. Se trata de una vieja idea de los griegos que presenta diversos aspectos de interés de entre los que vamos a destacar el que se refiere a la interconexión de todas las cosas. Nuestra percepción habitual, nuestra costumbre, nuestros impulsos mentales, el diablo de nuestra mente discursiva, nos hace ver, por ejemplo, un árbol como un ente individual, como algo separado, aislado. Sin embargo, si reflexionamos un poco más a fondo, si no dejamos que nuestra percepción se deje arrastrar por los prejuicios, nos daremos cuenta que ese árbol, que parece un ente individual, aislado, requiere para su existencia de los minerales que le aporta la tierra. Esa tierra para estar enriquecida necesita de toda clase de desechos, de átomos, de seres que han tenido vida y que se están descomponiendo en ella. Necesita, por otra parte, del agua, del sol. En definitiva, veríamos que algo que parece tan individual, algo que percibimos como un ente aislado es, en realidad, algo en lo que interviene todo el universo. Tomar conciencia de esto, de alguna manera, nos pone en conexión con esta idea del alma del mundo.
EL ALMA DE LAS COSAS: CONCIENCIA DEL SER Y DE MI SER
Traer aquí este tema del alma de la cosas cobra sentido en tanto nos remite al hecho de que podemos tomarnos las cosas simplemente como un objeto o, por hacer un juego de palabras, como un obstáculo que se nos pone delante (ob-yectum), o bien, que es posible otra perspectiva, otra manera diferente de abordar la vida. Ésta consistiría en no tener en cuenta estos prejuicios de los que hablábamos antes y tomar estas cosas, estos objetos, estos aparentes obstáculos, como una ocasión para dar lo mejor de nosotros mismos. Es decir, que ante aquello que vivimos como exterior tenemos esta alternativa: o bien, vivirlo como tal exterior, en consonancia con lo se plantea en nuestra educación, o nuestra des-educación, habría que decir, tal vez, o bien, podemos, por el contrario, tomar lo exterior, tomar esos objetos como una ocasión para sacar lo mejor de nosotros mismos, valiéndonos de ellos como un tema o una materia de desarrollo de nuestra propia potencialidad. Me refiero a esas potencialidades que están dormidas dentro de nosotros y que no nos atrevemos a sacar, a expresar. Esta segunda posibilidad nos llevaría a entender la vida como un corresponder. De alguna manera, el alma de las cosas nos estaría llamando, sobre todo, a entender el ser que subyace detrás de las cosas. Si bien, podríamos decir que, de alguna manera, "hay las cosas", los objetos, los entes, en definitiva, "las cosas que son", también cabría decir que mucho más importante que "las cosas que son", mucho más importante que mi propia percepción subjetiva, sería el darme cuenta de este espacio en que las cosas aparecen, de esta gran claridad que permite que las cosas surjan. Y aquí nos situamos ya ni más ni menos en la pregunta por el ser.
Por tanto, yo diría que este alma de las cosas o del mundo nos remite inmediatamente a esta gran cuestión, a esta pregunta que es la pregunta por el ser. Pero "el ser", muchas veces, en Occidente, se ha confundido con el ser supremo, con el sumo bien, en otras palabras, con un señor de barbas que tiene todas las grandes virtudes y que está en el cielo. Con esto hemos confundido la pregunta por el ser con un Gran Ente y nos hemos dedicado a investigar el gran objeto, perdiéndonos por contrapartida lo más interesante de la vida que es esa pregunta por el ser, por esa gran claridad que hace posible que en este momento, estemos leyendo este texto, viendo esta pantalla, esta habitación, etc. Pero todo esto se da dentro de esa posibilidad, de ese ser, de esa gran claridad que es la que nos posibilita ser conscientes en este momento, de que estamos viviendo.
LA CONCIENCIA DEL VIVIR AQUÍ Y AHORA: NO VIVIR EN EL AYER NI EN EL MAÑANA
Podríamos decir, que estar atentos a este corresponder al alma de las cosas, sería también estarlo a nuestra capacidad de intuición y, en definitiva, supondría dejar de vivir en ese planteamiento de estrategias, en esa constante dilación.
Cuando somos estudiantes estamos esperando el día de nuestra licenciatura. Al fin nos licenciamos y estamos esperando el día que tengamos una buena pareja. Cuando lo logramos estamos esperando el día que tengamos un buen trabajo. Cuando lo obtenemos estamos esperando la jubilación… En definitiva, este vivir dentro de los impulsos mentales es en realidad, un "no vivir". Por el contrario este corresponder con el alma de las cosas sería estar atento a lo único que existe, a lo único de lo que tenemos evidencia, que es nuestra propia intuición, nuestra propia vivencia en el aquí y ahora. Es esta actitud la que nos puede llevar a desarrollar esta potencialidad, a entender esta segunda acepción que decíamos de la vida de los objetos, lo que se me pone enfrente, como una posibilidad de desarrollarme interiormente, de sacar lo mejor de mí. En consecuencia pasaríamos de actuar como alguien demandante, alguien que está continuamente exigiendo cuentas, a todo lo contrario, es decir, a actuar como una fuente de creatividad.
LA COMUNICACIÓN MULTIMEDIA Y LA BÚSQUEDA DE SENTIDO
Entonces se plantea la siguiente cuestión: ¿Nos ayuda la sociedad de hoy con toda la tecnología, las facilidades para la comunicación, etc. a vivir conectados con nosotros mismos, nos ayuda a ser nosotros mismos o nos mantiene en esa alienación? Creo que podríamos enlazar con el tema siguiente que es el que nos va a precipitar estas claves . Yo diría, en primer lugar, que diablo sería lo contrario que símbolo. Yo no sé si esto de símbolo en la Antigüedad era este sello que se daba cuando nos separábamos y que servía como señal para cuando nos volvíamos a unir, para cuando volvíamos a recuperar esta proximidad, este de tú a tú. En ese momento, nos tratábamos con esta afectividad, con esta gana de dialogar y entonces juntábamos estas dos partes del símbolo. Símbolo es esa unidad, esos dos contrarios que se complementan y se necesitan, y, diabolo es justo lo contrario. "Sin" significa unir, "dia" significa separar. Baste recordar ese episodio tan bonito de los evangelios donde Jesucristo hace un exorcismo a un endemoniado y le pregunta el nombre al demonio que lo posee y le dice: mi nombre es multitud. Entonces yo diría que ese diábolo o ese diablo sería la disociación. Podría decirse que ese hombre sin atributos o ese paseante que yo creo que todos hemos sido alguna vez, muestra esa disociación interna, esa incapacidad de vivirnos realizados, de vivirnos plenos, al menos esa es mi vivencia y creo que la de muchas personas cercanas a mí. De alguna manera, este es un arquetipo del hombre contemporáneo, de este hombre que dramáticamente siente que no puede tomar ningún compromiso y que siente, y esta es precisamente la clave, la falta de sentido. Se han hecho tablas de las necesidades humanas y parece que, como por sentido común, establecemos como prioritarias, aquellas necesidades de mantenimiento del cuerpo ¿en dónde o qué vamos a cenar hoy? Sin embargo, aún siendo esto a nivel general cierto, uno de los grandes problemas actualmente del mundo y de lo que nos puede causar más alienación precisamente es el desequilibrio. Dicho de otro modo, aún siendo ciertas estas necesidades, cabe mencionar aquí, que personas que han vivido experiencias extremas como el internamiento en campos de concentración han salido adelante comiendo a diario una sopa de agua, prácticamente y lo que les daba fuerzas para vivir era conocer el sentido de la vida, el haber encontrado el sentido.
EL PROBLEMA DEL SENTIDO DE LA VIDA : EL MITO DE FAUSTO.
Entonces, yo diría que, sobre todo y ante todo, el problema del ser humano contemporáneo, el problema de todos nosotros es la búsqueda del sentido. Y en esta búsqueda de sentido, al menos la propuesta inicial que quiero manejar es la propuesta del drama de Goethe: "Fausto". Vamos a proyectar un poco el escenario. En el escenario, yo sí que ya no sociológicamente sino ya vitalmente diría ¿cuál es el problema de nuestras vidas? Y el problema de nuestras vidas efectivamente es el mal. Pero no el mal entendido como un señor con cuernos y que te pincha con un tenedor, sino el mal entendido como eso que me pincha por dentro, esa inquietud, ese estar a disgusto, que creo que todos hemos experimentado alguna vez. Fausto es un planteamiento de ese problema, del problema del mal, de lo que me angustia, lo que me falta, sea lo que sea, el no estar completo, el sentirse a disgusto. Fausto comienza como en una imitación del libro del Génesis, que es al mismo tiempo una imitación del evangelio de San Juan.
Tanto el Génesis, como el evangelio de San Juan comienzan: "en el principio". Esta expresión constituye la primera fenomenología, lo primero que hacemos cuando nos sentimos mal: intentamos buscar este origen, ¿dónde está este origen del mal?, ¿a partir de qué momento queremos buscar la etiología?, ver ¿de dónde nos viene todo este mal, toda esta inquietud, este sufrimiento que nos está moviendo? Y en este principio, nos dice el Fausto de Goethe era la acción, era el logos. No nos vamos a meter con la difícil traducción de esta palabra griega, que a veces se ha traducido como el verbo. Pero Fausto dice "en el principio era la acción". La primera acción que se sitúa en el Fausto, de igual modo, que en el libro de Job, es la interrogación sobre la raíz del mal. Se trata de ese diálogo entre Dios y el diablo, donde el diablo aparece de alguna manera como un servidor de Dios. Este drama, esta escena es tan arquetípica, que aun no siendo ninguno de nosotros Fausto, nos está diciendo algo simbólicamente, nos está haciendo conectar con una situación en cierto modo familiar.
EL SABER MUNDANO EXTERIOR: EL SUFRIMIENTO DE LA RAZÓN.
Fausto sufre, y quiere saber la razón de su sufrimiento, quiere saberlo todo. Es, de alguna manera, este intelectual que quiere vivir hipotéticamente, que se pone ante la vida y no encuentra mejor solución que coger el manual de empleo de la vida y ver, del mismo modo que vemos en los suplementos semanales los consejos que vienen. Esto mismo es lo que quiere hacer nuestro Fausto, sólo que en aquella época no tenían suplementos semanales y entonces se dedica a investigar en los libros antiguos. Y tanto sufre nuestro buen hombre, que acaba invocando al diablo y le dice: "oye diablo, yo a cambio de un solo instante de plenitud, te vendo mi alma por toda la eternidad. Pero tengo que vivir un momento en el que me sienta totalmente satisfecho" y el diablo dice: "el cliente siempre tiene la razón" y le concede toda clase de poderes. A Fausto al principio no se le ocurre más que cosas un poquito infantiles: "quiero ver árboles que en lugar de frutos empiecen a crecer hacia abajo" y cosas de lo más inverosímiles. En la segunda parte del drama, Fausto comienza a conocer toda clase de maravillas. Se instala en el período de la gran política donde se hace consejero de un rey; inventa el dinero, donde antes se pagaba con oro; se hace un político famosísimo, exitosísimo que gana todas las elecciones; trae a la prensa de calle etc. Etc. Pero sin embargo, Fausto no encuentra esa plenitud. Entonces el diablo Mefistófeles lo intenta con otra cosa. Le lleva a la Antigüedad griega y allí conoce a los grandes sabios, la sabiduría sobre la física, sobre cómo se formó el mundo, le hace ver cómo se forman las estrellas, cómo dan vueltas los diferentes mundos, cómo surgen las aguas. Pero en esta sabiduría exterior el pobre Fausto sigue siendo un infeliz, un hombre sin atributos. Así hasta que dice: "vamos a probar con el amor". Entonces Mefistófeles resucita a Elena, la mujer más hermosa de la Antigüedad , la que provoca guerras y lo intentan una temporada. Tienen una criatura, que es el Arte Moderno pero no son felices, en absoluto.
EL SABER PRÁCTICO: LA RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS SOCIALES. LA FELICIDAD CONSISTE EN EVITAR EL PESAR AJENO COMO CASTIGO Y SALVACIÓN
Al final de toda una serie de peripecias, el Rey, dado que Fausto ha sido tan buen servidor le concede unos terrenos que tienen una pega y es que se ven periódicamente invadidos por el mar. Y es en ese momento, cuando Fausto, todo aquello que ha aprendido, todos estos conocimientos que ha recopilado en su inquietud, en este deambular por las calles viendo los escaparates, sintiendo la pena en el corazón y repasando los libros, se da cuenta de que los habitantes de estos Países Bajos tienen también su angustia, porque ven periódicamente su país anegado por las aguas. Es entonces cuando Fausto utiliza su conocimiento para construir unos diques y canalizar el agua, de manera que los habitantes de su territorio van a ser felices, se van a ver libres de este mal. Y es precisamente ese momento, cuando Fausto está en el entusiasmo de esta tarea, cuando se da cuenta de que él está canalizando la inquietud de todas esas gentes y está contribuyendo a su felicidad, el momento en el que él mismo experimenta ese instante de felicidad y, por lo tanto, según el contrato mercantil firmado con el diablo, que como sabéis es inviolable, su alma queda inmediatamente condenada por toda la eternidad. Pero le llega el momento de revisar el libro de cuentas y en éste aparece por un lado que este señor ha vendido el alma al diablo, pero, por otro, también se aprecia que es alguien que ha ayudado a muchas personas, que ha hecho que estas personas puedan vivir. En consecuencia el alma de Fausto, merece salvarse. Del diábolo de la separación, Fausto ha llegado a la Unidad , a unificarse. Este es el significado psicológico y no sólo psicológico en el sentido de una ciencia, sino psicológico, vamos a decir, vital, de llegar a esta unificación, de encontrar este sentido que nos es necesario a los seres humanos tanto o más que el pan. No sólo de pan vive el hombre sino también de ese logos, o de ese encontrar esa unificación con el alma del mundo. De alguna manera, Fausto ha logrado conectar y recuperar su alma, justamente a través de este itinerario enrevesado.
Justamente cuando su alma ha logrado percibir el alma de lo demás y de los demás es cuando realmente ha conseguido encontrarse a sí mismo. Por lo tanto, podríamos decir que Fausto ha hecho esta meditación en la acción. Ha sido capaz de acción, pero cuidado, no cualquier clase de acción sino esta acción que ha sido la que le ha conectado, no sólo con su propia sabiduría, no sólo con esa sabiduría de la ciencia, que es una palabra latina que tiene la misma raíz que escindir o cortar, sino que además ha sido capaz de utilizar ese conocimiento para conectar, empatar, vibrar, tratar de tú a tú con los demás y con lo demás. Yo diría que estas son las claves que, al menos, a mí me han interesado más profundamente del Fausto, porque la otra lectura, la lectura de la "ética de la responsabilidad ", diría que es una lectura bastante perversa de Fausto y para lo que vale es para justificar actitudes políticas bastante perversas. Sirve para descalificar la ética de la intención afirmando que no basta, con las buenas intenciones, sino que hay que obtener resultados. Pero si obtenemos esos resultados de acuerdo con este fluir con los demás, con el fluir del alma del mundo, dirían metafóricamente los griegos, o dirían los budistas con la conciencia alaya, o, como diría la ciencia moderna, con estos arquetipos formativos responsables de las diferentes morfogénesis, es esto lo que hace que Fausto simbólicamente se pueda salvar y de alguna manera su vida, que no tenía sentido ni con los conocimientos ni con el poder, logra tener este sentido en el amor, en la empatía, en simpatizar, en definitiva, en lograr vibrar con los demás. Esta sería mi lectura de Fausto. A mí me gustaría precisar el carácter éste de lo simbólico, porque a veces parece que simbólico se opusiera a lo real. Pero yo creo que la sutura de las heridas que causa el sufrimiento inherente a la vida sólo puede ser real.
LA VIDA REAL ILUSORIA E ILUSIONANTE.
Es real saber que la vida tiene sentido o vivir en la creencia ilusoria de que la vida no tiene sentido. Yo estoy convencido de que vivimos en un Universo Inteligente y que, de alguna manera, conectar con esa Inteligencia, le hemos llamado Alma de las cosas, Alma del mundo, de alguna manera, nos hace encontrar este sentido. Diría, también, que recurriendo de nuevo a Calderón, "en el mundo, en conclusión, todos sueñan lo que son, pero ninguno lo entiende". Es decir, que la vida es sueño pero hay un despertar de ese sueño, hay, el no quedarnos dormidos en esa pesadilla. Diría que la sutura de la herida sería precisamente eso, el no creernos nuestra limitación, el no vernos encerrados en nuestra cáscara, sino todo lo contrario. Hemos tomado Fausto como este ejemplo y como él se encuentra precisamente en el aquí ahora. Pero lo único que tenemos es este aquí y ahora. Decía Bergson: " la vida, los seres vivos es duración, esto es lo que nos diferencia de todo el resto del Universo". En nuestra vida absolutamente ningún instante se repite. Si sabemos entenderlo, si sabemos despertar de este sueño, si entendemos esto que somos, que nos diría Calderón, entonces, en ese momento, es cuando estamos viviendo. Decía alguien como Wittgenstein, ingeniero y filósofo, que quien vive en el presente vive en la eternidad. Si somos capaces de ceñirnos a esa plenitud del presente, de vivir en esa conexión, en esa vibración intuitiva, como decía también Bergson, en ese aquí y ahora que se está renovando continuamente, de alguna manera hemos suturado la herida pero no ya imaginariamente, porque está Don Quijote pero está también este entender esta interconexión de todas las cosas, y por tanto, no verse ahogado, no verse condenado en esa separación, porque parece que la vida se nos presenta como esta desconexión. Yo me veo a mí como ese árbol, que hemos dicho que es independiente. Y a mí me parece que yo soy independiente pero miro mejor, me daré cuenta de que por mis venas circularán átomos de Calígula, del caballo que murió el año pasado en no sé dónde, átomos de, etc... Pero que en definitiva, donde estamos es en este Universo Inteligente y con tal de poner entre paréntesis esa abstracción en la que consiste nuestra deformación somos capaces de vivir en esa intuición.
EL SUEÑO DE LA CONEXIÓN MÚLTIPLE ONTOLÓGICA.
Cabía aquí presentar como esos estados creativos, que, en mayor o menor medida, hemos podido vivir todos, donde uno se pone a dibujar, cantar o simplemente a dejar que salga lo que sea y en ese momento la vivencia del tiempo desaparece. No hay más ya ese futuro, ese preocuparme por si van a ser 110 años o 111 o los que sean, sino, simplemente, limitarme a lo que hay, gozar hedonísticamente, no de esas abstracciones del consumo sino gozar hedonísticamente del aire que respiro, de la buena gente que está conmigo y de lo que la vida me va trayendo, sin más. Yo diría, ¿es importante el simbolismo? Sí, por supuesto, pero distinguiría entre simbolismo y fantasía. Ese simbolismo que nos conecta con el alma de las cosas, que nos hace juntar nuestros sellos y entrar en conexión y por otro lado, estaría esa fantasía evasiva de no estar. Estamos soñando con el sufrimiento. Yo diría que quizás la herida sea también una pesadilla, la pesadilla de no darnos cuenta, de no percibir, que al igual que ese árbol necesita del sol, de la tierra y de los nutrientes que esa tierra está recibiendo, de alguna manera, todos estamos interconectados y el saber vivir esto puede ser la sutura real a la herida de pesadilla.
LA INTEGRACIÓN DEL YO EN EL TODO.
Yo creo que la solución tiene que venir necesariamente por una vía de síntesis, es decir, no es posible lograr el desarrollo pleno sin esa atención a lo externo, ni es posible tampoco lograr el desarrollo pleno con una atención exclusiva a lo externo, sin atención a lo interno. Ahora bien, se ha malentendido muchas veces, por ejemplo el budismo o el yoga como esta fuga del mundo y por lo que yo sé, seguramente hay quien sepa más, el budismo no consiste, ni el yoga tampoco, en una fuga del mundo, todo lo contrario. En la perspectiva que yo he presentado el drama de Fausto se le podría entender como un bodhisattva. Un bodhisattva es, precisamente, en el ideal budista, alguien entregado a la acción, entregado al mundo, porque se supone que ha comprendido que no hay separación. Es alguien que es capaz de vivir, de captar esta interconexión de todos los fenónemos y de todas las conciencias. Hay una frase muy bonita de Valle-Inclán que dice: "si miras por todos los ojos, amarás con todos los corazones". Esto no es en absoluto una fuga del mundo sino una inmersión plena en el mundo. Es arraigarse total y plenamente en el mundo. De todas maneras, yo estoy de acuerdo en que en los países orientales han quedado muchos aspectos por desarrollar y hoy por hoy el desarrollo tecnológico que también es necesario en su medida se ha dado más en Occidente. Ante esto plantearía un esquema , en mi opinión necesario y de urgente difusión, que reconcilia las dos visiones, la de la acción y la del centramiento. Desde este esquema plantearía que la ecología tiene que extenderse a tres niveles. En un primer nivel, hablaría de una ecología individual.
LA DESCONTAMINACIÓN ECOLÓGICA DEL YO.
No olvidemos, por ejemplo que la UNESCO define que las guerras donde se inician es en el espíritu de las personas-.Por tanto la solución a las guerras, el primer lugar donde yo puedo hacer algo para lograr esa paz mundial que amenaza con destruir el planeta es en mi propia persona. Lo primero que tengo que hacer es lograr esta reconciliación interior, superar esa disociación, que yo creo que en mayor o menor medida todos vivimos, reciclar mi propia contaminación. El segundo nivel de actuación sería la ecología social. Se trataría de cuidar nuestras relaciones. Hacer que nuestras relaciones sean fructíferas, positivas, productivas. Y por último, un tercer nivel consistiría en lograr una tecnología que no sea agresiva para con el planeta. Pero quizás eso nos vuelva de nuevo al principio. Para lograr esta tecnología quizás tengamos que aprender a escuchar el fluir de ese río de las cosas, tendremos que aprender a vivir tomando los objetos, lo que está enfrente, como este estímulo para desarrollar lo mejor que yo tengo en mí mismo. Simplemente, que en absoluto la huida del mundo es un ideal.
¿HACIA UNA TECNOLOGÍA LIBERADORA DEL YO?
La situación del planeta se ve muy bien reflejada en el arquetipo de Frankestein, porque realmente la maquinaria social es ese juego de esa obra que se nos ha escapado de las manos. Pero, claro, esto hace necesario y totalmente indispensable que se produzca este encuentro de la sabiduría oriental y la sabiduría occidental. Hay que tener en cuenta los puestos de trabajo que se crean, la economía, etc. Pero hay otra cuestión que es muy importante tener en cuenta, que es ¿hasta qué punto todo este confort está realmente funcionando para lo que se crea, es decir, para facilitar la vida de las personas o, al contrario, está engendrando más alienación? Porque yo estoy muy de acuerdo en que todos estos datos hay que tenerlos en cuenta, que no se puede vivir en las nubes, que hay que vivir presente, en los datos, que nos facilitan en conocimientos “objetivos”. Pero, ahora bien, las posibilidades liberadoras, en principio de la técnica, realmente ¿se viven así? Desde quien se supone que debiera de ser el disfrutador de esa técnica o no y yo creo que ese sería el tema de la reflexión. Es decir, nos vivimos más realizados o nos vivimos más alienados.
¿UN DRAMA CÓSMICO?
Efectivamente, de hecho, este drama, que es un drama cósmico, para el que hay muchas maneras de contarlo. Este drama de la separación, de alguna manera es si queréis el problema del desarrollo de la consciencia. Hay un tema que, de alguna manera se nos queda en el tintero, pero ¿quién decide o no decide o se ve llevado por la vida a salir de la superficialidad o al plantearse su vida desde una perspectiva diferente? Decía uno muy famoso que cuando se plantea este problema, cuando nos planteamos este problema comenzamos como los camellos o como los burros, queriendo cargar sobre nuestros lomos cuantos más males mejor, queriendo resolver nuestra inquietud, separación, escisión, comprensión del dolor que vemos a nuestro alrededor. Algo que, de alguna manera todos hemos experimentado, en la medida que hemos ido creciendo, hemos visto estas contingencias y nos hemos ido frustrando, y como reacción nos planteamos el cargar todos los males sobre nuestras espaldas: la vía del camello, la vía del burro.
HACIA EL REENCUENTRO DE LA INFANCIA REVIVIDA
Si profundizamos en esta vida, podemos llegar a la actitud del león. La actitud del león es la del que se enfrenta a las injusticias y dice: "no me crean los puestos de trabajo, pues vamos y le hacemos esto, lo otro, y lo de más allá", pero yo diría que la única vía, viene por ese reencuentro de volver a ser niños, otra vez. De volver a sentir frente a esa contingencia, esa conciencia amorosa, de ser de nuevo un niño, espontáneo, vital, creativo, pero en mi infancia esto se produce de forma inconsciente. Se trata de revivir esa espontaneidad y esa plenitud y esa creatividad pero de forma consciente.
LA FUSIÓN AMOROSA CON EL MUNDO.
La sutura amorosa con el mundo, de ser capaz de entregarse a ese abandono con el que juega el niño, que no huye de nada, sino que se va encontrando con lo que se encuentra pero, claro, en este caso, vivido desde la consciencia, vivido desde este desarrollo adulto. Podríamos decir que los lenguajes que hemos manejado aquí, que alfa y omega coinciden, o podríamos decir que, de alguna manera, en una expresión que acuñó Panniker, que el desarrollo es retroprogresivo, y que de alguna manera, el principio y el final, coinciden, que, de alguna manera, se trata de volver a ser niños. Pero algo se ha ganado en el camino, en todos esos desengaños, en todo ese trabajo que se ha ido enriqueciendo con toda una experiencia, con una andadura.
LA VIVENCIA COMPRENSIVA E INTEGRADORA DE LO EXTERIOR EN EL INTERIOR DEL YO.
Respecto a la vivencia de lo exterior, donde vemos esta mesa, parece que está aquí. Pero esta mesa, donde la estamos percibiendo, todos, cada uno, es en nuestros centros sensoriales . Sin esa vivencia, esta mesa en sí, es un conjunto de átomos, pero la mesa la estamos percibiendo desde aquí. Pero por no ser demasiado prolijo, yo diría que la clave para suturar esas heridas, está no en las cosas, sino en cómo vivimos las cosas.
LA FANTASÍA REACTIVA Y EVASIVA FRENTE A LOS PROBLEMAS DEL MUNDO. ¿CARENCIA DE IMAGINACIÓN CONTROVERTIDA Y TRANSFORMADORA
La evasión a través de fantasías reactivas es una forma adquirida. Esa manera de evadirse tiene sus consecuencias porque es una cerrazón ante el mundo. Exactamente como quien se forma un carácter reactivo y siempre está como el león, que yo no sé por qué pero me opongo, no sé de qué va, pero me opongo. Y esta reacción, esta respuesta de oponerse, de protestar, cuando es adecuada, cuando está en consonancia con el aquí ahora, con el instante, es algo muy sano, o, por el contrario, puede ser la reacción de sumisión, querer cargar con todos los problemas del mundo, este complejo de Atlas. La sumisión, en determinadas circunstancias tal vez pueda estar bien, pero lo que no es ser libre es actuar mecánicamente. Por ejemplo, cuando yo tengo un problema ¿qué hago? Me voy a mis fantasías, me voy a Haway. Eso sería, al menos, desde mi perspectiva, cambiar la vida por un sucedáneo de la vida y lo malo es que esto no es posible y nos crea dolor, nos crea esta pesadilla de la que hablábamos antes. Lo único que nos puede sanar, es la vida misma, el vivir la vida amorosamente, con ese amor que, espontáneamente, surge de todos los seres vivos por la propia inteligencia del Universo. Dicen los físicos que el Universo se expande, pues bien, nosotros, cuando nos dejamos llevar, también.
LA FANTASÍA REACTIVA Y EVASIVA FRENTE A LOS PROBLEMAS DEL MUNDO. ¿CARENCIA DE IMAGINACIÓN CONTROVERTIDA Y TRANSFORMADORA
El egoísmo es un impedimento para ésta expansión. El egoísmo no permite la expansión, se contrae y quiere meter demasiadas cosas en un sitio muy pequeño. Un ego fuerte también es importante tenerlo. Cuando uno hace una obra de teatro, tiene que hacer esa obra bien, tiene que representar su papel coherentemente, claro esto es diferente del egoísmo. El egoísmo nos impide vivir esa expansión, por eso desde el ego es imposible que se de una auténtica expansión, desde el ego lo que se da es contracción, contracción y contracción. Al menos, esa es mi experiencia. La expansión de ese fluir se da en el instante de la vivencia del aquí-ahora. Y, efectivamente, creo que se puede vivir como esa claridad en la que todas las cosas aparecen. Pero, efectivamente, podríamos decir que serían como las capas de una cebolla, en la que al final, lo que hay es, simplemente luminosidad, no hay ningún sujeto permanente, substancial, detrás de todo esto.
Antonio Lameiro
La cuestión que vamos a abordar en este trabajo versa sobre la idea del alma de las cosas, o, dicho de otro modo, acerca del alma del mundo. Se trata de una vieja idea de los griegos que presenta diversos aspectos de interés de entre los que vamos a destacar el que se refiere a la interconexión de todas las cosas. Nuestra percepción habitual, nuestra costumbre, nuestros impulsos mentales, el diablo de nuestra mente discursiva, nos hace ver, por ejemplo, un árbol como un ente individual, como algo separado, aislado. Sin embargo, si reflexionamos un poco más a fondo, si no dejamos que nuestra percepción se deje arrastrar por los prejuicios, nos daremos cuenta que ese árbol, que parece un ente individual, aislado, requiere para su existencia de los minerales que le aporta la tierra. Esa tierra para estar enriquecida necesita de toda clase de desechos, de átomos, de seres que han tenido vida y que se están descomponiendo en ella. Necesita, por otra parte, del agua, del sol. En definitiva, veríamos que algo que parece tan individual, algo que percibimos como un ente aislado es, en realidad, algo en lo que interviene todo el universo. Tomar conciencia de esto, de alguna manera, nos pone en conexión con esta idea del alma del mundo.
EL ALMA DE LAS COSAS: CONCIENCIA DEL SER Y DE MI SER
Traer aquí este tema del alma de la cosas cobra sentido en tanto nos remite al hecho de que podemos tomarnos las cosas simplemente como un objeto o, por hacer un juego de palabras, como un obstáculo que se nos pone delante (ob-yectum), o bien, que es posible otra perspectiva, otra manera diferente de abordar la vida. Ésta consistiría en no tener en cuenta estos prejuicios de los que hablábamos antes y tomar estas cosas, estos objetos, estos aparentes obstáculos, como una ocasión para dar lo mejor de nosotros mismos. Es decir, que ante aquello que vivimos como exterior tenemos esta alternativa: o bien, vivirlo como tal exterior, en consonancia con lo se plantea en nuestra educación, o nuestra des-educación, habría que decir, tal vez, o bien, podemos, por el contrario, tomar lo exterior, tomar esos objetos como una ocasión para sacar lo mejor de nosotros mismos, valiéndonos de ellos como un tema o una materia de desarrollo de nuestra propia potencialidad. Me refiero a esas potencialidades que están dormidas dentro de nosotros y que no nos atrevemos a sacar, a expresar. Esta segunda posibilidad nos llevaría a entender la vida como un corresponder. De alguna manera, el alma de las cosas nos estaría llamando, sobre todo, a entender el ser que subyace detrás de las cosas. Si bien, podríamos decir que, de alguna manera, "hay las cosas", los objetos, los entes, en definitiva, "las cosas que son", también cabría decir que mucho más importante que "las cosas que son", mucho más importante que mi propia percepción subjetiva, sería el darme cuenta de este espacio en que las cosas aparecen, de esta gran claridad que permite que las cosas surjan. Y aquí nos situamos ya ni más ni menos en la pregunta por el ser.
Por tanto, yo diría que este alma de las cosas o del mundo nos remite inmediatamente a esta gran cuestión, a esta pregunta que es la pregunta por el ser. Pero "el ser", muchas veces, en Occidente, se ha confundido con el ser supremo, con el sumo bien, en otras palabras, con un señor de barbas que tiene todas las grandes virtudes y que está en el cielo. Con esto hemos confundido la pregunta por el ser con un Gran Ente y nos hemos dedicado a investigar el gran objeto, perdiéndonos por contrapartida lo más interesante de la vida que es esa pregunta por el ser, por esa gran claridad que hace posible que en este momento, estemos leyendo este texto, viendo esta pantalla, esta habitación, etc. Pero todo esto se da dentro de esa posibilidad, de ese ser, de esa gran claridad que es la que nos posibilita ser conscientes en este momento, de que estamos viviendo.
LA CONCIENCIA DEL VIVIR AQUÍ Y AHORA: NO VIVIR EN EL AYER NI EN EL MAÑANA
Podríamos decir, que estar atentos a este corresponder al alma de las cosas, sería también estarlo a nuestra capacidad de intuición y, en definitiva, supondría dejar de vivir en ese planteamiento de estrategias, en esa constante dilación.
Cuando somos estudiantes estamos esperando el día de nuestra licenciatura. Al fin nos licenciamos y estamos esperando el día que tengamos una buena pareja. Cuando lo logramos estamos esperando el día que tengamos un buen trabajo. Cuando lo obtenemos estamos esperando la jubilación… En definitiva, este vivir dentro de los impulsos mentales es en realidad, un "no vivir". Por el contrario este corresponder con el alma de las cosas sería estar atento a lo único que existe, a lo único de lo que tenemos evidencia, que es nuestra propia intuición, nuestra propia vivencia en el aquí y ahora. Es esta actitud la que nos puede llevar a desarrollar esta potencialidad, a entender esta segunda acepción que decíamos de la vida de los objetos, lo que se me pone enfrente, como una posibilidad de desarrollarme interiormente, de sacar lo mejor de mí. En consecuencia pasaríamos de actuar como alguien demandante, alguien que está continuamente exigiendo cuentas, a todo lo contrario, es decir, a actuar como una fuente de creatividad.
LA COMUNICACIÓN MULTIMEDIA Y LA BÚSQUEDA DE SENTIDO
Entonces se plantea la siguiente cuestión: ¿Nos ayuda la sociedad de hoy con toda la tecnología, las facilidades para la comunicación, etc. a vivir conectados con nosotros mismos, nos ayuda a ser nosotros mismos o nos mantiene en esa alienación? Creo que podríamos enlazar con el tema siguiente que es el que nos va a precipitar estas claves . Yo diría, en primer lugar, que diablo sería lo contrario que símbolo. Yo no sé si esto de símbolo en la Antigüedad era este sello que se daba cuando nos separábamos y que servía como señal para cuando nos volvíamos a unir, para cuando volvíamos a recuperar esta proximidad, este de tú a tú. En ese momento, nos tratábamos con esta afectividad, con esta gana de dialogar y entonces juntábamos estas dos partes del símbolo. Símbolo es esa unidad, esos dos contrarios que se complementan y se necesitan, y, diabolo es justo lo contrario. "Sin" significa unir, "dia" significa separar. Baste recordar ese episodio tan bonito de los evangelios donde Jesucristo hace un exorcismo a un endemoniado y le pregunta el nombre al demonio que lo posee y le dice: mi nombre es multitud. Entonces yo diría que ese diábolo o ese diablo sería la disociación. Podría decirse que ese hombre sin atributos o ese paseante que yo creo que todos hemos sido alguna vez, muestra esa disociación interna, esa incapacidad de vivirnos realizados, de vivirnos plenos, al menos esa es mi vivencia y creo que la de muchas personas cercanas a mí. De alguna manera, este es un arquetipo del hombre contemporáneo, de este hombre que dramáticamente siente que no puede tomar ningún compromiso y que siente, y esta es precisamente la clave, la falta de sentido. Se han hecho tablas de las necesidades humanas y parece que, como por sentido común, establecemos como prioritarias, aquellas necesidades de mantenimiento del cuerpo ¿en dónde o qué vamos a cenar hoy? Sin embargo, aún siendo esto a nivel general cierto, uno de los grandes problemas actualmente del mundo y de lo que nos puede causar más alienación precisamente es el desequilibrio. Dicho de otro modo, aún siendo ciertas estas necesidades, cabe mencionar aquí, que personas que han vivido experiencias extremas como el internamiento en campos de concentración han salido adelante comiendo a diario una sopa de agua, prácticamente y lo que les daba fuerzas para vivir era conocer el sentido de la vida, el haber encontrado el sentido.
EL PROBLEMA DEL SENTIDO DE LA VIDA : EL MITO DE FAUSTO.
Entonces, yo diría que, sobre todo y ante todo, el problema del ser humano contemporáneo, el problema de todos nosotros es la búsqueda del sentido. Y en esta búsqueda de sentido, al menos la propuesta inicial que quiero manejar es la propuesta del drama de Goethe: "Fausto". Vamos a proyectar un poco el escenario. En el escenario, yo sí que ya no sociológicamente sino ya vitalmente diría ¿cuál es el problema de nuestras vidas? Y el problema de nuestras vidas efectivamente es el mal. Pero no el mal entendido como un señor con cuernos y que te pincha con un tenedor, sino el mal entendido como eso que me pincha por dentro, esa inquietud, ese estar a disgusto, que creo que todos hemos experimentado alguna vez. Fausto es un planteamiento de ese problema, del problema del mal, de lo que me angustia, lo que me falta, sea lo que sea, el no estar completo, el sentirse a disgusto. Fausto comienza como en una imitación del libro del Génesis, que es al mismo tiempo una imitación del evangelio de San Juan.
Tanto el Génesis, como el evangelio de San Juan comienzan: "en el principio". Esta expresión constituye la primera fenomenología, lo primero que hacemos cuando nos sentimos mal: intentamos buscar este origen, ¿dónde está este origen del mal?, ¿a partir de qué momento queremos buscar la etiología?, ver ¿de dónde nos viene todo este mal, toda esta inquietud, este sufrimiento que nos está moviendo? Y en este principio, nos dice el Fausto de Goethe era la acción, era el logos. No nos vamos a meter con la difícil traducción de esta palabra griega, que a veces se ha traducido como el verbo. Pero Fausto dice "en el principio era la acción". La primera acción que se sitúa en el Fausto, de igual modo, que en el libro de Job, es la interrogación sobre la raíz del mal. Se trata de ese diálogo entre Dios y el diablo, donde el diablo aparece de alguna manera como un servidor de Dios. Este drama, esta escena es tan arquetípica, que aun no siendo ninguno de nosotros Fausto, nos está diciendo algo simbólicamente, nos está haciendo conectar con una situación en cierto modo familiar.
EL SABER MUNDANO EXTERIOR: EL SUFRIMIENTO DE LA RAZÓN.
Fausto sufre, y quiere saber la razón de su sufrimiento, quiere saberlo todo. Es, de alguna manera, este intelectual que quiere vivir hipotéticamente, que se pone ante la vida y no encuentra mejor solución que coger el manual de empleo de la vida y ver, del mismo modo que vemos en los suplementos semanales los consejos que vienen. Esto mismo es lo que quiere hacer nuestro Fausto, sólo que en aquella época no tenían suplementos semanales y entonces se dedica a investigar en los libros antiguos. Y tanto sufre nuestro buen hombre, que acaba invocando al diablo y le dice: "oye diablo, yo a cambio de un solo instante de plenitud, te vendo mi alma por toda la eternidad. Pero tengo que vivir un momento en el que me sienta totalmente satisfecho" y el diablo dice: "el cliente siempre tiene la razón" y le concede toda clase de poderes. A Fausto al principio no se le ocurre más que cosas un poquito infantiles: "quiero ver árboles que en lugar de frutos empiecen a crecer hacia abajo" y cosas de lo más inverosímiles. En la segunda parte del drama, Fausto comienza a conocer toda clase de maravillas. Se instala en el período de la gran política donde se hace consejero de un rey; inventa el dinero, donde antes se pagaba con oro; se hace un político famosísimo, exitosísimo que gana todas las elecciones; trae a la prensa de calle etc. Etc. Pero sin embargo, Fausto no encuentra esa plenitud. Entonces el diablo Mefistófeles lo intenta con otra cosa. Le lleva a la Antigüedad griega y allí conoce a los grandes sabios, la sabiduría sobre la física, sobre cómo se formó el mundo, le hace ver cómo se forman las estrellas, cómo dan vueltas los diferentes mundos, cómo surgen las aguas. Pero en esta sabiduría exterior el pobre Fausto sigue siendo un infeliz, un hombre sin atributos. Así hasta que dice: "vamos a probar con el amor". Entonces Mefistófeles resucita a Elena, la mujer más hermosa de la Antigüedad , la que provoca guerras y lo intentan una temporada. Tienen una criatura, que es el Arte Moderno pero no son felices, en absoluto.
EL SABER PRÁCTICO: LA RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS SOCIALES. LA FELICIDAD CONSISTE EN EVITAR EL PESAR AJENO COMO CASTIGO Y SALVACIÓN
Al final de toda una serie de peripecias, el Rey, dado que Fausto ha sido tan buen servidor le concede unos terrenos que tienen una pega y es que se ven periódicamente invadidos por el mar. Y es en ese momento, cuando Fausto, todo aquello que ha aprendido, todos estos conocimientos que ha recopilado en su inquietud, en este deambular por las calles viendo los escaparates, sintiendo la pena en el corazón y repasando los libros, se da cuenta de que los habitantes de estos Países Bajos tienen también su angustia, porque ven periódicamente su país anegado por las aguas. Es entonces cuando Fausto utiliza su conocimiento para construir unos diques y canalizar el agua, de manera que los habitantes de su territorio van a ser felices, se van a ver libres de este mal. Y es precisamente ese momento, cuando Fausto está en el entusiasmo de esta tarea, cuando se da cuenta de que él está canalizando la inquietud de todas esas gentes y está contribuyendo a su felicidad, el momento en el que él mismo experimenta ese instante de felicidad y, por lo tanto, según el contrato mercantil firmado con el diablo, que como sabéis es inviolable, su alma queda inmediatamente condenada por toda la eternidad. Pero le llega el momento de revisar el libro de cuentas y en éste aparece por un lado que este señor ha vendido el alma al diablo, pero, por otro, también se aprecia que es alguien que ha ayudado a muchas personas, que ha hecho que estas personas puedan vivir. En consecuencia el alma de Fausto, merece salvarse. Del diábolo de la separación, Fausto ha llegado a la Unidad , a unificarse. Este es el significado psicológico y no sólo psicológico en el sentido de una ciencia, sino psicológico, vamos a decir, vital, de llegar a esta unificación, de encontrar este sentido que nos es necesario a los seres humanos tanto o más que el pan. No sólo de pan vive el hombre sino también de ese logos, o de ese encontrar esa unificación con el alma del mundo. De alguna manera, Fausto ha logrado conectar y recuperar su alma, justamente a través de este itinerario enrevesado.
Justamente cuando su alma ha logrado percibir el alma de lo demás y de los demás es cuando realmente ha conseguido encontrarse a sí mismo. Por lo tanto, podríamos decir que Fausto ha hecho esta meditación en la acción. Ha sido capaz de acción, pero cuidado, no cualquier clase de acción sino esta acción que ha sido la que le ha conectado, no sólo con su propia sabiduría, no sólo con esa sabiduría de la ciencia, que es una palabra latina que tiene la misma raíz que escindir o cortar, sino que además ha sido capaz de utilizar ese conocimiento para conectar, empatar, vibrar, tratar de tú a tú con los demás y con lo demás. Yo diría que estas son las claves que, al menos, a mí me han interesado más profundamente del Fausto, porque la otra lectura, la lectura de la "ética de la responsabilidad ", diría que es una lectura bastante perversa de Fausto y para lo que vale es para justificar actitudes políticas bastante perversas. Sirve para descalificar la ética de la intención afirmando que no basta, con las buenas intenciones, sino que hay que obtener resultados. Pero si obtenemos esos resultados de acuerdo con este fluir con los demás, con el fluir del alma del mundo, dirían metafóricamente los griegos, o dirían los budistas con la conciencia alaya, o, como diría la ciencia moderna, con estos arquetipos formativos responsables de las diferentes morfogénesis, es esto lo que hace que Fausto simbólicamente se pueda salvar y de alguna manera su vida, que no tenía sentido ni con los conocimientos ni con el poder, logra tener este sentido en el amor, en la empatía, en simpatizar, en definitiva, en lograr vibrar con los demás. Esta sería mi lectura de Fausto. A mí me gustaría precisar el carácter éste de lo simbólico, porque a veces parece que simbólico se opusiera a lo real. Pero yo creo que la sutura de las heridas que causa el sufrimiento inherente a la vida sólo puede ser real.
LA VIDA REAL ILUSORIA E ILUSIONANTE.
Es real saber que la vida tiene sentido o vivir en la creencia ilusoria de que la vida no tiene sentido. Yo estoy convencido de que vivimos en un Universo Inteligente y que, de alguna manera, conectar con esa Inteligencia, le hemos llamado Alma de las cosas, Alma del mundo, de alguna manera, nos hace encontrar este sentido. Diría, también, que recurriendo de nuevo a Calderón, "en el mundo, en conclusión, todos sueñan lo que son, pero ninguno lo entiende". Es decir, que la vida es sueño pero hay un despertar de ese sueño, hay, el no quedarnos dormidos en esa pesadilla. Diría que la sutura de la herida sería precisamente eso, el no creernos nuestra limitación, el no vernos encerrados en nuestra cáscara, sino todo lo contrario. Hemos tomado Fausto como este ejemplo y como él se encuentra precisamente en el aquí ahora. Pero lo único que tenemos es este aquí y ahora. Decía Bergson: " la vida, los seres vivos es duración, esto es lo que nos diferencia de todo el resto del Universo". En nuestra vida absolutamente ningún instante se repite. Si sabemos entenderlo, si sabemos despertar de este sueño, si entendemos esto que somos, que nos diría Calderón, entonces, en ese momento, es cuando estamos viviendo. Decía alguien como Wittgenstein, ingeniero y filósofo, que quien vive en el presente vive en la eternidad. Si somos capaces de ceñirnos a esa plenitud del presente, de vivir en esa conexión, en esa vibración intuitiva, como decía también Bergson, en ese aquí y ahora que se está renovando continuamente, de alguna manera hemos suturado la herida pero no ya imaginariamente, porque está Don Quijote pero está también este entender esta interconexión de todas las cosas, y por tanto, no verse ahogado, no verse condenado en esa separación, porque parece que la vida se nos presenta como esta desconexión. Yo me veo a mí como ese árbol, que hemos dicho que es independiente. Y a mí me parece que yo soy independiente pero miro mejor, me daré cuenta de que por mis venas circularán átomos de Calígula, del caballo que murió el año pasado en no sé dónde, átomos de, etc... Pero que en definitiva, donde estamos es en este Universo Inteligente y con tal de poner entre paréntesis esa abstracción en la que consiste nuestra deformación somos capaces de vivir en esa intuición.
EL SUEÑO DE LA CONEXIÓN MÚLTIPLE ONTOLÓGICA.
Cabía aquí presentar como esos estados creativos, que, en mayor o menor medida, hemos podido vivir todos, donde uno se pone a dibujar, cantar o simplemente a dejar que salga lo que sea y en ese momento la vivencia del tiempo desaparece. No hay más ya ese futuro, ese preocuparme por si van a ser 110 años o 111 o los que sean, sino, simplemente, limitarme a lo que hay, gozar hedonísticamente, no de esas abstracciones del consumo sino gozar hedonísticamente del aire que respiro, de la buena gente que está conmigo y de lo que la vida me va trayendo, sin más. Yo diría, ¿es importante el simbolismo? Sí, por supuesto, pero distinguiría entre simbolismo y fantasía. Ese simbolismo que nos conecta con el alma de las cosas, que nos hace juntar nuestros sellos y entrar en conexión y por otro lado, estaría esa fantasía evasiva de no estar. Estamos soñando con el sufrimiento. Yo diría que quizás la herida sea también una pesadilla, la pesadilla de no darnos cuenta, de no percibir, que al igual que ese árbol necesita del sol, de la tierra y de los nutrientes que esa tierra está recibiendo, de alguna manera, todos estamos interconectados y el saber vivir esto puede ser la sutura real a la herida de pesadilla.
LA INTEGRACIÓN DEL YO EN EL TODO.
Yo creo que la solución tiene que venir necesariamente por una vía de síntesis, es decir, no es posible lograr el desarrollo pleno sin esa atención a lo externo, ni es posible tampoco lograr el desarrollo pleno con una atención exclusiva a lo externo, sin atención a lo interno. Ahora bien, se ha malentendido muchas veces, por ejemplo el budismo o el yoga como esta fuga del mundo y por lo que yo sé, seguramente hay quien sepa más, el budismo no consiste, ni el yoga tampoco, en una fuga del mundo, todo lo contrario. En la perspectiva que yo he presentado el drama de Fausto se le podría entender como un bodhisattva. Un bodhisattva es, precisamente, en el ideal budista, alguien entregado a la acción, entregado al mundo, porque se supone que ha comprendido que no hay separación. Es alguien que es capaz de vivir, de captar esta interconexión de todos los fenónemos y de todas las conciencias. Hay una frase muy bonita de Valle-Inclán que dice: "si miras por todos los ojos, amarás con todos los corazones". Esto no es en absoluto una fuga del mundo sino una inmersión plena en el mundo. Es arraigarse total y plenamente en el mundo. De todas maneras, yo estoy de acuerdo en que en los países orientales han quedado muchos aspectos por desarrollar y hoy por hoy el desarrollo tecnológico que también es necesario en su medida se ha dado más en Occidente. Ante esto plantearía un esquema , en mi opinión necesario y de urgente difusión, que reconcilia las dos visiones, la de la acción y la del centramiento. Desde este esquema plantearía que la ecología tiene que extenderse a tres niveles. En un primer nivel, hablaría de una ecología individual.
LA DESCONTAMINACIÓN ECOLÓGICA DEL YO.
No olvidemos, por ejemplo que la UNESCO define que las guerras donde se inician es en el espíritu de las personas-.Por tanto la solución a las guerras, el primer lugar donde yo puedo hacer algo para lograr esa paz mundial que amenaza con destruir el planeta es en mi propia persona. Lo primero que tengo que hacer es lograr esta reconciliación interior, superar esa disociación, que yo creo que en mayor o menor medida todos vivimos, reciclar mi propia contaminación. El segundo nivel de actuación sería la ecología social. Se trataría de cuidar nuestras relaciones. Hacer que nuestras relaciones sean fructíferas, positivas, productivas. Y por último, un tercer nivel consistiría en lograr una tecnología que no sea agresiva para con el planeta. Pero quizás eso nos vuelva de nuevo al principio. Para lograr esta tecnología quizás tengamos que aprender a escuchar el fluir de ese río de las cosas, tendremos que aprender a vivir tomando los objetos, lo que está enfrente, como este estímulo para desarrollar lo mejor que yo tengo en mí mismo. Simplemente, que en absoluto la huida del mundo es un ideal.
¿HACIA UNA TECNOLOGÍA LIBERADORA DEL YO?
La situación del planeta se ve muy bien reflejada en el arquetipo de Frankestein, porque realmente la maquinaria social es ese juego de esa obra que se nos ha escapado de las manos. Pero, claro, esto hace necesario y totalmente indispensable que se produzca este encuentro de la sabiduría oriental y la sabiduría occidental. Hay que tener en cuenta los puestos de trabajo que se crean, la economía, etc. Pero hay otra cuestión que es muy importante tener en cuenta, que es ¿hasta qué punto todo este confort está realmente funcionando para lo que se crea, es decir, para facilitar la vida de las personas o, al contrario, está engendrando más alienación? Porque yo estoy muy de acuerdo en que todos estos datos hay que tenerlos en cuenta, que no se puede vivir en las nubes, que hay que vivir presente, en los datos, que nos facilitan en conocimientos “objetivos”. Pero, ahora bien, las posibilidades liberadoras, en principio de la técnica, realmente ¿se viven así? Desde quien se supone que debiera de ser el disfrutador de esa técnica o no y yo creo que ese sería el tema de la reflexión. Es decir, nos vivimos más realizados o nos vivimos más alienados.
¿UN DRAMA CÓSMICO?
Efectivamente, de hecho, este drama, que es un drama cósmico, para el que hay muchas maneras de contarlo. Este drama de la separación, de alguna manera es si queréis el problema del desarrollo de la consciencia. Hay un tema que, de alguna manera se nos queda en el tintero, pero ¿quién decide o no decide o se ve llevado por la vida a salir de la superficialidad o al plantearse su vida desde una perspectiva diferente? Decía uno muy famoso que cuando se plantea este problema, cuando nos planteamos este problema comenzamos como los camellos o como los burros, queriendo cargar sobre nuestros lomos cuantos más males mejor, queriendo resolver nuestra inquietud, separación, escisión, comprensión del dolor que vemos a nuestro alrededor. Algo que, de alguna manera todos hemos experimentado, en la medida que hemos ido creciendo, hemos visto estas contingencias y nos hemos ido frustrando, y como reacción nos planteamos el cargar todos los males sobre nuestras espaldas: la vía del camello, la vía del burro.
HACIA EL REENCUENTRO DE LA INFANCIA REVIVIDA
Si profundizamos en esta vida, podemos llegar a la actitud del león. La actitud del león es la del que se enfrenta a las injusticias y dice: "no me crean los puestos de trabajo, pues vamos y le hacemos esto, lo otro, y lo de más allá", pero yo diría que la única vía, viene por ese reencuentro de volver a ser niños, otra vez. De volver a sentir frente a esa contingencia, esa conciencia amorosa, de ser de nuevo un niño, espontáneo, vital, creativo, pero en mi infancia esto se produce de forma inconsciente. Se trata de revivir esa espontaneidad y esa plenitud y esa creatividad pero de forma consciente.
LA FUSIÓN AMOROSA CON EL MUNDO.
La sutura amorosa con el mundo, de ser capaz de entregarse a ese abandono con el que juega el niño, que no huye de nada, sino que se va encontrando con lo que se encuentra pero, claro, en este caso, vivido desde la consciencia, vivido desde este desarrollo adulto. Podríamos decir que los lenguajes que hemos manejado aquí, que alfa y omega coinciden, o podríamos decir que, de alguna manera, en una expresión que acuñó Panniker, que el desarrollo es retroprogresivo, y que de alguna manera, el principio y el final, coinciden, que, de alguna manera, se trata de volver a ser niños. Pero algo se ha ganado en el camino, en todos esos desengaños, en todo ese trabajo que se ha ido enriqueciendo con toda una experiencia, con una andadura.
LA VIVENCIA COMPRENSIVA E INTEGRADORA DE LO EXTERIOR EN EL INTERIOR DEL YO.
Respecto a la vivencia de lo exterior, donde vemos esta mesa, parece que está aquí. Pero esta mesa, donde la estamos percibiendo, todos, cada uno, es en nuestros centros sensoriales . Sin esa vivencia, esta mesa en sí, es un conjunto de átomos, pero la mesa la estamos percibiendo desde aquí. Pero por no ser demasiado prolijo, yo diría que la clave para suturar esas heridas, está no en las cosas, sino en cómo vivimos las cosas.
LA FANTASÍA REACTIVA Y EVASIVA FRENTE A LOS PROBLEMAS DEL MUNDO. ¿CARENCIA DE IMAGINACIÓN CONTROVERTIDA Y TRANSFORMADORA
La evasión a través de fantasías reactivas es una forma adquirida. Esa manera de evadirse tiene sus consecuencias porque es una cerrazón ante el mundo. Exactamente como quien se forma un carácter reactivo y siempre está como el león, que yo no sé por qué pero me opongo, no sé de qué va, pero me opongo. Y esta reacción, esta respuesta de oponerse, de protestar, cuando es adecuada, cuando está en consonancia con el aquí ahora, con el instante, es algo muy sano, o, por el contrario, puede ser la reacción de sumisión, querer cargar con todos los problemas del mundo, este complejo de Atlas. La sumisión, en determinadas circunstancias tal vez pueda estar bien, pero lo que no es ser libre es actuar mecánicamente. Por ejemplo, cuando yo tengo un problema ¿qué hago? Me voy a mis fantasías, me voy a Haway. Eso sería, al menos, desde mi perspectiva, cambiar la vida por un sucedáneo de la vida y lo malo es que esto no es posible y nos crea dolor, nos crea esta pesadilla de la que hablábamos antes. Lo único que nos puede sanar, es la vida misma, el vivir la vida amorosamente, con ese amor que, espontáneamente, surge de todos los seres vivos por la propia inteligencia del Universo. Dicen los físicos que el Universo se expande, pues bien, nosotros, cuando nos dejamos llevar, también.
LA FANTASÍA REACTIVA Y EVASIVA FRENTE A LOS PROBLEMAS DEL MUNDO. ¿CARENCIA DE IMAGINACIÓN CONTROVERTIDA Y TRANSFORMADORA
El egoísmo es un impedimento para ésta expansión. El egoísmo no permite la expansión, se contrae y quiere meter demasiadas cosas en un sitio muy pequeño. Un ego fuerte también es importante tenerlo. Cuando uno hace una obra de teatro, tiene que hacer esa obra bien, tiene que representar su papel coherentemente, claro esto es diferente del egoísmo. El egoísmo nos impide vivir esa expansión, por eso desde el ego es imposible que se de una auténtica expansión, desde el ego lo que se da es contracción, contracción y contracción. Al menos, esa es mi experiencia. La expansión de ese fluir se da en el instante de la vivencia del aquí-ahora. Y, efectivamente, creo que se puede vivir como esa claridad en la que todas las cosas aparecen. Pero, efectivamente, podríamos decir que serían como las capas de una cebolla, en la que al final, lo que hay es, simplemente luminosidad, no hay ningún sujeto permanente, substancial, detrás de todo esto.
Antonio Lameiro
Filosofía de la psicología en oriente y occidente
Etimológicamente es Psicología discurrir o tratar acerca del alma. Filosofía es el amor a la sabiduría. Por tanto, filosofía de la psicología es el amor a tratar acerca del alma.
El primer quehacer de la Sabiduría- y seguramente, el último también- tal como figuraba en el templo de Delfos de la antigua Grecia, es “¡conócete a ti mismo!”.
Sobre el Amor, decía Platón que amamos lo que no tenemos. Aquí se nos presenta el primer problema: el alma siempre ha sido algo huidizo. En ello está el quid de la cuestión; el alma es siempre lo otro: alteridad, otredad. Alma es lo que no tenemos, el deseo o aspiración profunda. Por eso el mundo del alma es el mundo del revés: en él, el macho es hembra y la hembra macho, la muerte es boda y la boda muerte, la locura es sentido que orienta hacia delante y la cordura es obstáculo que crea enredos.
Entonces, en el esfuerzo de autoconocimiento, incluido en el conocimiento del yo, está el conocimiento de la otredad. La verdadera filosofía, la verdadera psicología profunda, es una gnosis, una sabiduría trascendental. Gnosis, en éste sentido amplio es conocimiento, ausencia de la ignorancia de donde viene todo mal. Por tanto, no se trata de algo meramente intelectual.
Es decir que éste conocimiento, no es movimiento o acción que va de una parte a otra. Plotino explica muy bien como “es imprescindible al que actúa (y el pensamiento es una acción puesto que es cambio), actuar sobre otra cosa, o si quiere actuar sobre sí mismo, ser múltiple”. El pensamiento siempre impone otredad, dualidad. “Es imposible que el pensamiento permanezca uno”(Enn.V,3, 10)
Precisamente, mas adelante, define el Uno como “lo primero que piensa el pensamiento, antes de pensarse a sí mismo”.
Así que ésta gnosis, no es una cosa intelectual, ya que su objetivo es conseguir la unidad: precisamente la unidad de los contrarios. En cambio el objetivo del intelecto es diferenciar.
Pero de entre todos los pares de contrarios, el mas importante, es el que ciencia y filosofía crean: división del mundo en sujeto y objeto. Intentaré mostrar cómo se dio ésta división, y cómo no es el único camino.
Antes de que alguien pierda la paciencia, habrá que decir que generalmente la psicología actual, no se ocupa del alma, ya que no la considera un concepto científico. Pero ¿qué es la ciencia? Algo creado por el ser humano. Un invento encontrado en la búsqueda de la sabiduría, algo para contestar a nuestras preguntas e inquietudes. Preguntas: aquí está la esencia del ser humano.
¿Qué es para el ser humano la vida? Experimentar.
El ser humano es el que experimenta y se mantiene atento a la experiencia. Pero para que la experiencia aparezca, para que se de, hacen falta dos extremos: el conocedor y lo conocido, algo que se experimenta y alguien que lo experimenta. ¿O hay experiencia sin ese alguien? Dejaremos la respuesta a ésta pregunta para mas tarde.
La ciencia occidental- ciencia a secas, valdría decir- ha intentado describir lo mas exactamente posible “eso” capaz de experimentar. Haciendo un paréntesis podríamos decir que son posibles otros tipos de ciencia, como menciona el sinólogo Joseph Needman, o como el mismo Hegel que define su fenomenología como ciencia de la experiencia de la conciencia; pero esto no se acepta demasiado bien oficialmente, por tanto no me meteré ahí.
Dejando a un lado el paréntesis tomaré la posición de Heidegger a propósito de Platón, para explicar ésta historia –o éste mito-, el de la ciencia.
Según Heidegger, Platón lleva a cabo un viraje en la metafísica al cambiar el concepto de verdad. Hasta Platón se entendía la verdad como “a-letheia”-aparecer, revelación, des-ocultamiento. Así entre los Presocráticos, la verdad era la presencia misma, el mismo aparecer de lo que aparece a la luz: “fysis”; el hacerse o nacer de lo que tenemos delante. En cambio desde Platón, la verdad se entiende como “adecuatio rei ad intellectum”, adecuación de la cosa al intelecto. Por tanto será oro verdadero, aquello que corresponda al concepto “oro”, la verdadera belleza-en lugar de ser una experiencia-será aquello que corresponda al concepto de lo bello.
En resumen, sin entrar aquí demasiado, con Platón o con los epígonos de Platón, comienza una nueva manera de ver el mundo, el asombro de vivir, en el pensamiento occidental, se dirigirá hacia los entes, hacia las cosas que son, olvidando la pregunta por el ser. En lugar de asombrarse y preguntarse por la luz, preguntaremos por las cosas que aparecen a la luz.
Por eso, según Heidegger, la metafísica occidental se reduce a la teología. El problema del ser, se reduce al problema del ente de los cielos, del ente supremo. Dicho mal y pronto, si es que la imagen es válida, los metafísicos- con honrosas excepciones- hacen una especie de zoología de Dios, cómo si fuera un ente objetivo, exterior, sólo que muy grande.
En consecuencia, comienza a trabajarse, a pensarse el objeto ( ob-yectum, lo arrojado delante, lo que yace delante), lo que es conocido, dejando a un lado al conocedor.
Así se entiende fácilmente la clasificación que hace Jung: pensamiento oriental, introvertido; hacia el interior; y pensamiento occidental, extrovertido, hacia el exterior. Sin embargo, algunas corrientes minoritarias de pensamiento, continuarán introvertidas pero escondidas. Entre ellas el Hermetismo, la Gnosis , la Alquimia.. .Tengamos en cuenta que en cierto modo los alquimistas son continuadores de los presocráticos, tanto en su método(póiesis), cómo en los contenidos (arjé u origen de todas las cosas)
Siguiendo adelante, llegamos a la revolución científica. En ella ese viraje que Platón imprime a la metafísica, aunque desde luego en otro modo, llega a la madurez.
Con Galileo, lo único real será lo que se puede medir y pesar. La verdadera objetividad; la que busca la ciencia, está en la figura y la medida. Este punto de vista se manifestará totalmente en el determinismo de Laplace: será posible prever cualquier suceso futuro del mundo una vez conocidas la velocidad y posición de todas sus partículas en un momento determinado.
Descartes explica muy bien la raíz filosófica de ésta postura. En el mundo hay dos sustancias (sub-stare, lo que permanece debajo a través de los cambios); por tanto dos cosas que existen por sí, sin necesidad de otra cosa: “res cogitans” y “res extensa”; pensamiento y extensión, sujeto y objeto. De la sustancia que tiene extensión, se ocupará la física (entendida como mecánica). El resto de las ciencias, se esforzarán en imitar a ésta mecánica. El ser humano se convertirá en el amo del universo y creerá que éstas fuerzas mecánicas recién conocidas deben ser aprovechadas, tomando así a la naturaleza por un gigantesco almacén inagotable que le provee suministros. Poco a poco va a aparecer también una ciencia del sujeto, por supuesto al modo de la exitosa física mecánica. Por tanto, la psicología, presuponiendo ésta metafísica u ontología implícita, se ocupará de las sensaciones subjetivas correspondientes al mundo físico, objetivo.
Después de madurar, las cosas se pudren; o visto de otro modo, después de pudrirse el fruto ( mecanicismo ), brota una nueva flor. A finales del siglo XIX, empiezan a ponerse en duda los principios del mecanicismo y con ello entrarán en crisis todas las ciencias hasta nuestros días. Aunque resultaría largo exponer toda ésta crisis, y por ello no vamos a hacerlo, mencionaremos a Ernst Mach, tanto por la crítica que hace de Newton, como por la crítica al concepto de sujeto. Aunque en los manuales Mach figura como partidario del positivismo, habría que ver dónde se fundamenta ese positivismo. Desde luego, no tiene que ver con el de Comte. Tiene mas relación, cómo el mismo señala, con la negación de Hume de substancia y sujeto por no evidentes y con el idealismo empirista de Berkeley.
Por lo que respecta a Newton, Mach comienza por negar la existencia del espacio absoluto. La inercia de un objeto es creada y condicionada por el resto de materia del universo. Por tanto, una centrifugadora, por poner un ejemplo, aislada del resto del universo, si es que fuera posible, dejaría sin secar la colada. Esto quiere decir que el espacio no es independiente de la materia que lo ocupa. No es como sostenía Newton el recipiente de todas las cosas, aparte de los objetos. Si no hay espacio absoluto, entonces todo movimiento es relativo con respecto a otro objeto. Por tanto, espacio y materia, forman un todo único, un único “continuum”. Este punto de vista tuvo una gran influencia en Einstein; es decir en el relativismo que refuta el mecanicismo.
Todavía mas lejos, niega la substancialidad de la materia. Lo que llamamos materia no es mas que un conjunto regulado de relaciones entre sensaciones. Las sensaciones de un ser humano se coordinan entre sí, de la misma manera las sensaciones de un grupo humano, llegan a ser parecidas. De modo que aquí tenemos el origen del concepto de materia, por tanto la materia no es algo incondicionado y permanente, aparte de nosotros. La materia no es una substancia, algo que exista por sí mismo.
Con el concepto de “yo”, ocurre algo parecido según Mach. El “yo”, no es nada aparte de un conjunto de recuerdos, sentimientos y sensaciones ligadas al cuerpo. En el “yo”, no hay nada permanente, por tanto, el “yo” no es algo substancial. Lo que existe es un “continuum” sin divisiones, no hay auténtica distinción entre sujeto y objeto. Todo lo que existe no es sino experiencia.
Como decía Heráclito, lo que hay no es mas que un continuo devenir.
En suma, lo que nos interesa, es que ésta crisis de nuevo plantea la pregunta escamoteada: ¿qué es el ser?
Ya el poeta romántico Novalis decía: “siempre andamos buscando lo incondicionado pero lo único que nos encontramos son cosas”. El ser está antes que todas las cosas, porque no es una cosa, sino una apertura, aquel hueco en el que las cosas aparecen. Desde siempre, la imagen del ser ha sido la luz. En palabras de Roger Garaudy: “entre las cosas invisibles, la luz es lo primero que puede verse”. Pero para ver la luz, es necesario algo que refleje sus rayos. La luz no se ve de por sí, la luz se ve en los objetos que aparecen a la luz. Aquí damos con un tema realmente interesante; el alfa-omega. ¿Por qué se desdobla el Uno al hacer la “Creación”?¿Cómo puede ser que de lo Uno aparezca la multiplicidad? He aquí por así decirlo una “llave filosófica”: para conocerse a sí mismo. Según Hegel, la Creación es una estrategia del Espíritu. Mediante ésta estrategia, lo que estaba “en sí” (sin conciencia), pasa a estar “para sí” (consciente).
El mismo motivo, aparece en casi todas las filosofías místicas occidentales u orientales (Plotino, Herméticos, Gnósticos, Scoto Erígena, Avicena, Advaitismo hindú...) El tema se ilustra muy bien en una historia sufí.
Erase una vez un hombre. Tenía de todo, pero no era feliz porque le faltaba sabiduría. Entonces fue a ver a un sabio. Después de explicar su problema, el sabio le envió a buscar la camisa del hombre más feliz del mundo, para que lograse la sabiduría. Después de mucho tiempo, cuando hubo recorrido todo el mundo, encontró al hombre mas feliz del mundo. Horrorizado, descubrió que no llevaba camisa. Luego de mirar bien la cara del hombre mas feliz del mundo, se dio cuenta de que era el sabio del principio de nuestra historia.
-¿Cómo no me advertiste desde el principio que el hombre mas feliz no usa camisa?
-Andar en busca de algo imposible te ha dado todo lo que necesitabas.
-Pero...¿por qué no me lo explicaste la primera vez?
-Todavía no estabas maduro. Después de las experiencias que necesitabas, te has curado.
La ciencia contemporánea ha actualizado la pregunta interminable, la que quedó escamoteada con la actitud tecnológica. La actitud tecnológica es contraria al famoso Tao; en lugar de ser uno con la naturaleza, trata de sacar de la naturaleza todo lo que se pueda. El origen de ello es la confusión entre el ser y el ente. Entonces, he ahí la pregunta: ¿qué es el ser?
Para contestar consideraremos dos sistemas; uno occidental y otro oriental: la fenomenología de Husserl y el budismo.
A pesar de ser diferentes, en ambos el problema central es el ego o la yo-idad. En ambos casos lo mas importante es el conocimiento. Igualmente para ambos, el conocimiento no es contenido sino atención. El ser siempre está ahí, lo que ocurre es que no estamos atentos.
La filosofía de Husserl es fenomenología. Fenómeno es lo que no es la cosa en sí. Pero la cosa en sí, independientemente de alguien que la conozca, es lo que no hay. Todo lo que aparece, todo lo que se da, no son mas que fenómenos.
El ser es evidencia, lo que se da por sí mismo, lo que hay y basta. Ser es ser evidente, lo que se muestra a sí mismo, lo que se exhibe a sí mismo. Así se entiende ese lema famoso de Husserl: ¡a las cosas! El verdadero positivismo, el que se ciñe al hecho o “positum”, es la fenomenología. Por eso, la filosofía se puede convertir en ciencia estricta o ciencia pura. He aquí la idea directriz de la ciencia; la sabiduría indudable, “episteme”, la sabiduría con total certeza. Como suele decirse: uno y uno, dos.
Esta ciencia será “prima philosophia”, filosofía de los primeros principios; base y fundamento del resto de las ciencias. Su contenido serán intuiciones. Es intuición lo que aparece inmediatamente; no a través de algo sino que aparece sin proceso, lo que se exhibe sin mediación. Por tanto, la intuición es evidencia, lo que se da sin reflexión.
En cualquier caso, hay que tener en cuenta que tanto en la vida cotidiana como al elaborar las llamadas ciencias, tomamos lo que Husserl denomina “actitud natural”. Esta “actitud natural” consiste en un cierto dogmatismo, por medio del cual creemos que los contenidos que aparecen en la conciencia son “reales”.
Pero ésta creencia no está justificada ( como Hume y mas tarde Mach demostraron ). Esta creencia no es en modo alguno una intuición, sino una reflexión ( ¿creada por la sociedad? ).
Entonces para que la intuición aparezca como tal es preciso hacer una reducción. Esta reducción consiste en poner entre paréntesis cualquier opinión previa y dejarla provisionalmente en suspenso, fuera de juego. Mediante éste método se le da una nueva perspectiva al problema de explicar el conocimiento y su objeto.
Al hacer ésta reducción el mundo nos aparece totalmente renovado, como si fuera una metanoia o conversión religiosa: vivir en la evidencia es un cambio existencial que afecta al ser humano entero. Sin duda el fenomenismo es apasionante. ¡Probadlo!
Aunque Husserl no lo aceptaría, en éste fenomenismo, el pensamiento occidental y el oriental tienen mas de un punto en común.
En “Meditaciones Cartesianas” , Husserl toma la duda como método. Tal como hizo Descartes, sostiene que para saber algo indudable, es preciso algo obvio por sí mismo, evidente. En el mundo hay muchas cosas, pero ¿cuál que no se pueda poner en duda?.
La duda misma es indudable. No puedo poner en duda si dudo o no. Si no lo se, entonces estoy seguro de que tengo duda. En este caso, sería evidente que dudo. Pero si hay duda, si hay pensamiento ( en el sentido amplio ), entonces la duda aparece en algún sitio. De ahí sacó Descartes el famoso “cogito ergo sum”. Pienso, luego existo; o dicho con mas precisión: cogito ( no es sólo pensar, sino cualquier modificación o cambio del estado interior, algo que se mueve adentro, inquietud...), por tanto existen las cogitaciones, si existen, en algún sitio suceden o se dan, en mi interior precisamente, luego yo existo.
Husserl piensa que Descartes hizo lo que tenía que hacer: poner todo en duda hasta encontrar la evidencia. Así cualquier cosa queda como fenómeno, sin efectuar esa creencia reflexiva, discursiva, en la realidad de las cosas. El único problema es que nuestro Descartes se queda corto. No es todo lo radical que hacía falta.
Claro que la duda existe indudablemente y claro que tiene que darse en algún “lugar”. Pero ¿de dónde sale que éste ego, el que cogita o duda, es una substancia permanente?.
Por eso Descartes, un vez que ha establecido dogmáticamente ( sin ponerla en duda ) la existencia del sujeto, a la hora de establecer la existencia de los objetos trae como prueba única “la bondad de Dios que no puede engañarnos”. Según Husserl, Descartes deja al ego fuera de la duda. Toma al ego como un ladrillo. Después de destruir el mundo mediante el método de la duda, lo reconstruye basándolo en el salvado ladrillo del ego. Este es el error llamado psicologismo: tomar al ego por una substancia. En el psicologismo la experiencia en lugar de vivencia, queda a la manera de objeto. Por eso el cartesianismo, a pesar de las esperanzas suscitadas, se queda en un dogmatismo.
Lo que había que hacer con el ego, es la reducción trascendental. Por medio de ella, el ego queda entre paréntesis. En la “actitud natural”, el ego interesado ( o identificado )se da como substancia, un objeto mas entre los objetos. Después de hacer la reducción trascendental, el ego desinteresado ( o desidentificado ) se convierte en “espectador”. Quien tiene las experiencias ya no es el ego psicológico, ahora ya no es sino el polo que tiene todas las vivencias.
El ego ha pasado de ser algo substante, a ser simplemente el polo de la atención: ego trascendental precisamente. Cualquier experiencia puede describirse así: ego cogito cogitatum. Yo pienso ( en sentido amplio, conozco- cogito- modificación mental ) contenidos mentales. Así se abren dos campos distintos: noesis ( acto de conocer, síntesis de las percepciones en la constitución del objeto ) y noema ( lo que se menta en el acto mental, reducido a fenómeno ).
El budismo es un método para acabar con la ilusión del yo. Esto no es fácil, puesto que el ser humano vive sometido por la costumbre de las percepciones creadas. Por ello, se utilizan los llamados “upaya” o medios hábiles.
El yo o alma, ( atman ) no es simple sino complejo, un nudo. Esto se explica en el Abhidharma, la psicología budista, por así decirlo, que es al mismo tiempo una ontología. Ahí se explica cómo hay cinco agregados de existencia: nombre-forma, sensación, percepción, samskaras o pensamientos automáticos y conciencia. Entre los cinco juntos, crean el ego o ilusión del yo. A consecuencia de éste ego o yo, estamos inmersos en la ignorancia. Por eso estamos mecánicamente atrapados sin remedio en el llamado “karma” , en la causalidad del destino. Los budistas dicen que los skandhas, o agregados de existencia, son los caballos del karma.
El primer skandha, nombre-forma, entra en acción en una situación comparable a alguien que va muy tranquilo conduciendo un coche, y de repente se da cuenta de que va demasiado rápido, como consecuencia se asusta y reacciona forzadamente. Esto es miedo ante el fluir de la vida. El primer paso para aglomerar el ego, para tener la vivencia de ego, es nombrar; a partir de éste punto pueden hacerse comparaciones y por consiguiente poner en marcha el ego y sus proyecciones.
El segundo skandha es la sensación con sus dos extremos: lo agradable y lo doloroso. La sensación en éste caso se toma como sentimiento: dividimos el mundo en lo agradable y lo desagradable. El sentimiento mira su imagen en los otros, y para darse importancia juega con introversión y extroversión. La búsqueda del sentimiento no tiene final. Al suprimir esperanza y miedo, lo desagradable y lo agradable se quedan en lo que son, y las relaciones con ellos quedan descondicionadas, directas. Los dos primeros skandhas son parecidos a lo que en occidente se llama “gestalt”.
El tercer skandha es la percepción. Según la percepción diferenciamos lo manifiesto y sólido de lo no sólido y no manifiesto. La percepción de lo sólido y lo manifiesto nos da esperanza. Dejar la percepción de lo sólido nos da miedo de perder el apoyo.
El cuarto skandha son lo samskaras. Los samskaras o impulsos mentales son las costumbres que dominan nuestro pensamiento. Por su culpa estamos continuamente parloteando en un interminable diálogo interior.
El quinto skandha es la conciencia. Tendríamos que diferenciar entre conciencia y consciencia o atención. La consciencia o atención es la verdadera piedra filosofal, mediante ella cualquier pensamiento, cualquier emoción, cualquier percepción se reduce ( en el sentido que explica la fenomenología ) y queda tal como es, como un fenómeno sin substancia propia.
La atención es la fórmula infalible para vivir en el presente eterno. La conciencia, en éste sentido, es en cambio por así decirlo el superego, por tanto algo condicionado, aprendido. La conciencia completa el proceso insubstancial generado por los skandhas. La conciencia es lo que hay debajo del pensamiento, lo que da sustento y apoyo a nuestro diálogo interior.
A veces se resume así la enseñanza de Buda:
-En éste mundo todo es sufrimiento. La palabra que emplea es “dukha”, literalmente dualidad, doblez, desunión, fragmentación.
-Dukha, el sufrimiento tiene un comienzo, un origen: diferenciar el ego o yo. Como consecuencia de ello viene la ignorancia y con ella el mal.
-Si dukha, el sufrimiento tiene un origen, entonces también tiene un fin.
-Hay un camino para acabar con el sufrimiento. Ese camino se basa en la atención para restaurar la sabiduría.
Todavía más resumido: “dukha” o sufrimiento, “anicca” o falta de substancia, “anatta” o falta de ego; hay sufrimiento, pero el sufrimiento no tiene substancia , no hay sujeto que pueda tener sufrimiento.
Antonio Lameiro
El primer quehacer de la Sabiduría- y seguramente, el último también- tal como figuraba en el templo de Delfos de la antigua Grecia, es “¡conócete a ti mismo!”.
Sobre el Amor, decía Platón que amamos lo que no tenemos. Aquí se nos presenta el primer problema: el alma siempre ha sido algo huidizo. En ello está el quid de la cuestión; el alma es siempre lo otro: alteridad, otredad. Alma es lo que no tenemos, el deseo o aspiración profunda. Por eso el mundo del alma es el mundo del revés: en él, el macho es hembra y la hembra macho, la muerte es boda y la boda muerte, la locura es sentido que orienta hacia delante y la cordura es obstáculo que crea enredos.
Entonces, en el esfuerzo de autoconocimiento, incluido en el conocimiento del yo, está el conocimiento de la otredad. La verdadera filosofía, la verdadera psicología profunda, es una gnosis, una sabiduría trascendental. Gnosis, en éste sentido amplio es conocimiento, ausencia de la ignorancia de donde viene todo mal. Por tanto, no se trata de algo meramente intelectual.
Es decir que éste conocimiento, no es movimiento o acción que va de una parte a otra. Plotino explica muy bien como “es imprescindible al que actúa (y el pensamiento es una acción puesto que es cambio), actuar sobre otra cosa, o si quiere actuar sobre sí mismo, ser múltiple”. El pensamiento siempre impone otredad, dualidad. “Es imposible que el pensamiento permanezca uno”(Enn.V,3, 10)
Precisamente, mas adelante, define el Uno como “lo primero que piensa el pensamiento, antes de pensarse a sí mismo”.
Así que ésta gnosis, no es una cosa intelectual, ya que su objetivo es conseguir la unidad: precisamente la unidad de los contrarios. En cambio el objetivo del intelecto es diferenciar.
Pero de entre todos los pares de contrarios, el mas importante, es el que ciencia y filosofía crean: división del mundo en sujeto y objeto. Intentaré mostrar cómo se dio ésta división, y cómo no es el único camino.
Antes de que alguien pierda la paciencia, habrá que decir que generalmente la psicología actual, no se ocupa del alma, ya que no la considera un concepto científico. Pero ¿qué es la ciencia? Algo creado por el ser humano. Un invento encontrado en la búsqueda de la sabiduría, algo para contestar a nuestras preguntas e inquietudes. Preguntas: aquí está la esencia del ser humano.
¿Qué es para el ser humano la vida? Experimentar.
El ser humano es el que experimenta y se mantiene atento a la experiencia. Pero para que la experiencia aparezca, para que se de, hacen falta dos extremos: el conocedor y lo conocido, algo que se experimenta y alguien que lo experimenta. ¿O hay experiencia sin ese alguien? Dejaremos la respuesta a ésta pregunta para mas tarde.
La ciencia occidental- ciencia a secas, valdría decir- ha intentado describir lo mas exactamente posible “eso” capaz de experimentar. Haciendo un paréntesis podríamos decir que son posibles otros tipos de ciencia, como menciona el sinólogo Joseph Needman, o como el mismo Hegel que define su fenomenología como ciencia de la experiencia de la conciencia; pero esto no se acepta demasiado bien oficialmente, por tanto no me meteré ahí.
Dejando a un lado el paréntesis tomaré la posición de Heidegger a propósito de Platón, para explicar ésta historia –o éste mito-, el de la ciencia.
Según Heidegger, Platón lleva a cabo un viraje en la metafísica al cambiar el concepto de verdad. Hasta Platón se entendía la verdad como “a-letheia”-aparecer, revelación, des-ocultamiento. Así entre los Presocráticos, la verdad era la presencia misma, el mismo aparecer de lo que aparece a la luz: “fysis”; el hacerse o nacer de lo que tenemos delante. En cambio desde Platón, la verdad se entiende como “adecuatio rei ad intellectum”, adecuación de la cosa al intelecto. Por tanto será oro verdadero, aquello que corresponda al concepto “oro”, la verdadera belleza-en lugar de ser una experiencia-será aquello que corresponda al concepto de lo bello.
En resumen, sin entrar aquí demasiado, con Platón o con los epígonos de Platón, comienza una nueva manera de ver el mundo, el asombro de vivir, en el pensamiento occidental, se dirigirá hacia los entes, hacia las cosas que son, olvidando la pregunta por el ser. En lugar de asombrarse y preguntarse por la luz, preguntaremos por las cosas que aparecen a la luz.
Por eso, según Heidegger, la metafísica occidental se reduce a la teología. El problema del ser, se reduce al problema del ente de los cielos, del ente supremo. Dicho mal y pronto, si es que la imagen es válida, los metafísicos- con honrosas excepciones- hacen una especie de zoología de Dios, cómo si fuera un ente objetivo, exterior, sólo que muy grande.
En consecuencia, comienza a trabajarse, a pensarse el objeto ( ob-yectum, lo arrojado delante, lo que yace delante), lo que es conocido, dejando a un lado al conocedor.
Así se entiende fácilmente la clasificación que hace Jung: pensamiento oriental, introvertido; hacia el interior; y pensamiento occidental, extrovertido, hacia el exterior. Sin embargo, algunas corrientes minoritarias de pensamiento, continuarán introvertidas pero escondidas. Entre ellas el Hermetismo, la Gnosis , la Alquimia.. .Tengamos en cuenta que en cierto modo los alquimistas son continuadores de los presocráticos, tanto en su método(póiesis), cómo en los contenidos (arjé u origen de todas las cosas)
Siguiendo adelante, llegamos a la revolución científica. En ella ese viraje que Platón imprime a la metafísica, aunque desde luego en otro modo, llega a la madurez.
Con Galileo, lo único real será lo que se puede medir y pesar. La verdadera objetividad; la que busca la ciencia, está en la figura y la medida. Este punto de vista se manifestará totalmente en el determinismo de Laplace: será posible prever cualquier suceso futuro del mundo una vez conocidas la velocidad y posición de todas sus partículas en un momento determinado.
Descartes explica muy bien la raíz filosófica de ésta postura. En el mundo hay dos sustancias (sub-stare, lo que permanece debajo a través de los cambios); por tanto dos cosas que existen por sí, sin necesidad de otra cosa: “res cogitans” y “res extensa”; pensamiento y extensión, sujeto y objeto. De la sustancia que tiene extensión, se ocupará la física (entendida como mecánica). El resto de las ciencias, se esforzarán en imitar a ésta mecánica. El ser humano se convertirá en el amo del universo y creerá que éstas fuerzas mecánicas recién conocidas deben ser aprovechadas, tomando así a la naturaleza por un gigantesco almacén inagotable que le provee suministros. Poco a poco va a aparecer también una ciencia del sujeto, por supuesto al modo de la exitosa física mecánica. Por tanto, la psicología, presuponiendo ésta metafísica u ontología implícita, se ocupará de las sensaciones subjetivas correspondientes al mundo físico, objetivo.
Después de madurar, las cosas se pudren; o visto de otro modo, después de pudrirse el fruto ( mecanicismo ), brota una nueva flor. A finales del siglo XIX, empiezan a ponerse en duda los principios del mecanicismo y con ello entrarán en crisis todas las ciencias hasta nuestros días. Aunque resultaría largo exponer toda ésta crisis, y por ello no vamos a hacerlo, mencionaremos a Ernst Mach, tanto por la crítica que hace de Newton, como por la crítica al concepto de sujeto. Aunque en los manuales Mach figura como partidario del positivismo, habría que ver dónde se fundamenta ese positivismo. Desde luego, no tiene que ver con el de Comte. Tiene mas relación, cómo el mismo señala, con la negación de Hume de substancia y sujeto por no evidentes y con el idealismo empirista de Berkeley.
Por lo que respecta a Newton, Mach comienza por negar la existencia del espacio absoluto. La inercia de un objeto es creada y condicionada por el resto de materia del universo. Por tanto, una centrifugadora, por poner un ejemplo, aislada del resto del universo, si es que fuera posible, dejaría sin secar la colada. Esto quiere decir que el espacio no es independiente de la materia que lo ocupa. No es como sostenía Newton el recipiente de todas las cosas, aparte de los objetos. Si no hay espacio absoluto, entonces todo movimiento es relativo con respecto a otro objeto. Por tanto, espacio y materia, forman un todo único, un único “continuum”. Este punto de vista tuvo una gran influencia en Einstein; es decir en el relativismo que refuta el mecanicismo.
Todavía mas lejos, niega la substancialidad de la materia. Lo que llamamos materia no es mas que un conjunto regulado de relaciones entre sensaciones. Las sensaciones de un ser humano se coordinan entre sí, de la misma manera las sensaciones de un grupo humano, llegan a ser parecidas. De modo que aquí tenemos el origen del concepto de materia, por tanto la materia no es algo incondicionado y permanente, aparte de nosotros. La materia no es una substancia, algo que exista por sí mismo.
Con el concepto de “yo”, ocurre algo parecido según Mach. El “yo”, no es nada aparte de un conjunto de recuerdos, sentimientos y sensaciones ligadas al cuerpo. En el “yo”, no hay nada permanente, por tanto, el “yo” no es algo substancial. Lo que existe es un “continuum” sin divisiones, no hay auténtica distinción entre sujeto y objeto. Todo lo que existe no es sino experiencia.
Como decía Heráclito, lo que hay no es mas que un continuo devenir.
En suma, lo que nos interesa, es que ésta crisis de nuevo plantea la pregunta escamoteada: ¿qué es el ser?
Ya el poeta romántico Novalis decía: “siempre andamos buscando lo incondicionado pero lo único que nos encontramos son cosas”. El ser está antes que todas las cosas, porque no es una cosa, sino una apertura, aquel hueco en el que las cosas aparecen. Desde siempre, la imagen del ser ha sido la luz. En palabras de Roger Garaudy: “entre las cosas invisibles, la luz es lo primero que puede verse”. Pero para ver la luz, es necesario algo que refleje sus rayos. La luz no se ve de por sí, la luz se ve en los objetos que aparecen a la luz. Aquí damos con un tema realmente interesante; el alfa-omega. ¿Por qué se desdobla el Uno al hacer la “Creación”?¿Cómo puede ser que de lo Uno aparezca la multiplicidad? He aquí por así decirlo una “llave filosófica”: para conocerse a sí mismo. Según Hegel, la Creación es una estrategia del Espíritu. Mediante ésta estrategia, lo que estaba “en sí” (sin conciencia), pasa a estar “para sí” (consciente).
El mismo motivo, aparece en casi todas las filosofías místicas occidentales u orientales (Plotino, Herméticos, Gnósticos, Scoto Erígena, Avicena, Advaitismo hindú...) El tema se ilustra muy bien en una historia sufí.
Erase una vez un hombre. Tenía de todo, pero no era feliz porque le faltaba sabiduría. Entonces fue a ver a un sabio. Después de explicar su problema, el sabio le envió a buscar la camisa del hombre más feliz del mundo, para que lograse la sabiduría. Después de mucho tiempo, cuando hubo recorrido todo el mundo, encontró al hombre mas feliz del mundo. Horrorizado, descubrió que no llevaba camisa. Luego de mirar bien la cara del hombre mas feliz del mundo, se dio cuenta de que era el sabio del principio de nuestra historia.
-¿Cómo no me advertiste desde el principio que el hombre mas feliz no usa camisa?
-Andar en busca de algo imposible te ha dado todo lo que necesitabas.
-Pero...¿por qué no me lo explicaste la primera vez?
-Todavía no estabas maduro. Después de las experiencias que necesitabas, te has curado.
La ciencia contemporánea ha actualizado la pregunta interminable, la que quedó escamoteada con la actitud tecnológica. La actitud tecnológica es contraria al famoso Tao; en lugar de ser uno con la naturaleza, trata de sacar de la naturaleza todo lo que se pueda. El origen de ello es la confusión entre el ser y el ente. Entonces, he ahí la pregunta: ¿qué es el ser?
Para contestar consideraremos dos sistemas; uno occidental y otro oriental: la fenomenología de Husserl y el budismo.
A pesar de ser diferentes, en ambos el problema central es el ego o la yo-idad. En ambos casos lo mas importante es el conocimiento. Igualmente para ambos, el conocimiento no es contenido sino atención. El ser siempre está ahí, lo que ocurre es que no estamos atentos.
La filosofía de Husserl es fenomenología. Fenómeno es lo que no es la cosa en sí. Pero la cosa en sí, independientemente de alguien que la conozca, es lo que no hay. Todo lo que aparece, todo lo que se da, no son mas que fenómenos.
El ser es evidencia, lo que se da por sí mismo, lo que hay y basta. Ser es ser evidente, lo que se muestra a sí mismo, lo que se exhibe a sí mismo. Así se entiende ese lema famoso de Husserl: ¡a las cosas! El verdadero positivismo, el que se ciñe al hecho o “positum”, es la fenomenología. Por eso, la filosofía se puede convertir en ciencia estricta o ciencia pura. He aquí la idea directriz de la ciencia; la sabiduría indudable, “episteme”, la sabiduría con total certeza. Como suele decirse: uno y uno, dos.
Esta ciencia será “prima philosophia”, filosofía de los primeros principios; base y fundamento del resto de las ciencias. Su contenido serán intuiciones. Es intuición lo que aparece inmediatamente; no a través de algo sino que aparece sin proceso, lo que se exhibe sin mediación. Por tanto, la intuición es evidencia, lo que se da sin reflexión.
En cualquier caso, hay que tener en cuenta que tanto en la vida cotidiana como al elaborar las llamadas ciencias, tomamos lo que Husserl denomina “actitud natural”. Esta “actitud natural” consiste en un cierto dogmatismo, por medio del cual creemos que los contenidos que aparecen en la conciencia son “reales”.
Pero ésta creencia no está justificada ( como Hume y mas tarde Mach demostraron ). Esta creencia no es en modo alguno una intuición, sino una reflexión ( ¿creada por la sociedad? ).
Entonces para que la intuición aparezca como tal es preciso hacer una reducción. Esta reducción consiste en poner entre paréntesis cualquier opinión previa y dejarla provisionalmente en suspenso, fuera de juego. Mediante éste método se le da una nueva perspectiva al problema de explicar el conocimiento y su objeto.
Al hacer ésta reducción el mundo nos aparece totalmente renovado, como si fuera una metanoia o conversión religiosa: vivir en la evidencia es un cambio existencial que afecta al ser humano entero. Sin duda el fenomenismo es apasionante. ¡Probadlo!
Aunque Husserl no lo aceptaría, en éste fenomenismo, el pensamiento occidental y el oriental tienen mas de un punto en común.
En “Meditaciones Cartesianas” , Husserl toma la duda como método. Tal como hizo Descartes, sostiene que para saber algo indudable, es preciso algo obvio por sí mismo, evidente. En el mundo hay muchas cosas, pero ¿cuál que no se pueda poner en duda?.
La duda misma es indudable. No puedo poner en duda si dudo o no. Si no lo se, entonces estoy seguro de que tengo duda. En este caso, sería evidente que dudo. Pero si hay duda, si hay pensamiento ( en el sentido amplio ), entonces la duda aparece en algún sitio. De ahí sacó Descartes el famoso “cogito ergo sum”. Pienso, luego existo; o dicho con mas precisión: cogito ( no es sólo pensar, sino cualquier modificación o cambio del estado interior, algo que se mueve adentro, inquietud...), por tanto existen las cogitaciones, si existen, en algún sitio suceden o se dan, en mi interior precisamente, luego yo existo.
Husserl piensa que Descartes hizo lo que tenía que hacer: poner todo en duda hasta encontrar la evidencia. Así cualquier cosa queda como fenómeno, sin efectuar esa creencia reflexiva, discursiva, en la realidad de las cosas. El único problema es que nuestro Descartes se queda corto. No es todo lo radical que hacía falta.
Claro que la duda existe indudablemente y claro que tiene que darse en algún “lugar”. Pero ¿de dónde sale que éste ego, el que cogita o duda, es una substancia permanente?.
Por eso Descartes, un vez que ha establecido dogmáticamente ( sin ponerla en duda ) la existencia del sujeto, a la hora de establecer la existencia de los objetos trae como prueba única “la bondad de Dios que no puede engañarnos”. Según Husserl, Descartes deja al ego fuera de la duda. Toma al ego como un ladrillo. Después de destruir el mundo mediante el método de la duda, lo reconstruye basándolo en el salvado ladrillo del ego. Este es el error llamado psicologismo: tomar al ego por una substancia. En el psicologismo la experiencia en lugar de vivencia, queda a la manera de objeto. Por eso el cartesianismo, a pesar de las esperanzas suscitadas, se queda en un dogmatismo.
Lo que había que hacer con el ego, es la reducción trascendental. Por medio de ella, el ego queda entre paréntesis. En la “actitud natural”, el ego interesado ( o identificado )se da como substancia, un objeto mas entre los objetos. Después de hacer la reducción trascendental, el ego desinteresado ( o desidentificado ) se convierte en “espectador”. Quien tiene las experiencias ya no es el ego psicológico, ahora ya no es sino el polo que tiene todas las vivencias.
El ego ha pasado de ser algo substante, a ser simplemente el polo de la atención: ego trascendental precisamente. Cualquier experiencia puede describirse así: ego cogito cogitatum. Yo pienso ( en sentido amplio, conozco- cogito- modificación mental ) contenidos mentales. Así se abren dos campos distintos: noesis ( acto de conocer, síntesis de las percepciones en la constitución del objeto ) y noema ( lo que se menta en el acto mental, reducido a fenómeno ).
El budismo es un método para acabar con la ilusión del yo. Esto no es fácil, puesto que el ser humano vive sometido por la costumbre de las percepciones creadas. Por ello, se utilizan los llamados “upaya” o medios hábiles.
El yo o alma, ( atman ) no es simple sino complejo, un nudo. Esto se explica en el Abhidharma, la psicología budista, por así decirlo, que es al mismo tiempo una ontología. Ahí se explica cómo hay cinco agregados de existencia: nombre-forma, sensación, percepción, samskaras o pensamientos automáticos y conciencia. Entre los cinco juntos, crean el ego o ilusión del yo. A consecuencia de éste ego o yo, estamos inmersos en la ignorancia. Por eso estamos mecánicamente atrapados sin remedio en el llamado “karma” , en la causalidad del destino. Los budistas dicen que los skandhas, o agregados de existencia, son los caballos del karma.
El primer skandha, nombre-forma, entra en acción en una situación comparable a alguien que va muy tranquilo conduciendo un coche, y de repente se da cuenta de que va demasiado rápido, como consecuencia se asusta y reacciona forzadamente. Esto es miedo ante el fluir de la vida. El primer paso para aglomerar el ego, para tener la vivencia de ego, es nombrar; a partir de éste punto pueden hacerse comparaciones y por consiguiente poner en marcha el ego y sus proyecciones.
El segundo skandha es la sensación con sus dos extremos: lo agradable y lo doloroso. La sensación en éste caso se toma como sentimiento: dividimos el mundo en lo agradable y lo desagradable. El sentimiento mira su imagen en los otros, y para darse importancia juega con introversión y extroversión. La búsqueda del sentimiento no tiene final. Al suprimir esperanza y miedo, lo desagradable y lo agradable se quedan en lo que son, y las relaciones con ellos quedan descondicionadas, directas. Los dos primeros skandhas son parecidos a lo que en occidente se llama “gestalt”.
El tercer skandha es la percepción. Según la percepción diferenciamos lo manifiesto y sólido de lo no sólido y no manifiesto. La percepción de lo sólido y lo manifiesto nos da esperanza. Dejar la percepción de lo sólido nos da miedo de perder el apoyo.
El cuarto skandha son lo samskaras. Los samskaras o impulsos mentales son las costumbres que dominan nuestro pensamiento. Por su culpa estamos continuamente parloteando en un interminable diálogo interior.
El quinto skandha es la conciencia. Tendríamos que diferenciar entre conciencia y consciencia o atención. La consciencia o atención es la verdadera piedra filosofal, mediante ella cualquier pensamiento, cualquier emoción, cualquier percepción se reduce ( en el sentido que explica la fenomenología ) y queda tal como es, como un fenómeno sin substancia propia.
La atención es la fórmula infalible para vivir en el presente eterno. La conciencia, en éste sentido, es en cambio por así decirlo el superego, por tanto algo condicionado, aprendido. La conciencia completa el proceso insubstancial generado por los skandhas. La conciencia es lo que hay debajo del pensamiento, lo que da sustento y apoyo a nuestro diálogo interior.
A veces se resume así la enseñanza de Buda:
-En éste mundo todo es sufrimiento. La palabra que emplea es “dukha”, literalmente dualidad, doblez, desunión, fragmentación.
-Dukha, el sufrimiento tiene un comienzo, un origen: diferenciar el ego o yo. Como consecuencia de ello viene la ignorancia y con ella el mal.
-Si dukha, el sufrimiento tiene un origen, entonces también tiene un fin.
-Hay un camino para acabar con el sufrimiento. Ese camino se basa en la atención para restaurar la sabiduría.
Todavía más resumido: “dukha” o sufrimiento, “anicca” o falta de substancia, “anatta” o falta de ego; hay sufrimiento, pero el sufrimiento no tiene substancia , no hay sujeto que pueda tener sufrimiento.
Antonio Lameiro
Propuesta de curso "educar para ser"
Curso de autorrealización para docentes de todos los niveles educativos.
Duración 20h. Impartido por Antonio Lameiro Couso profesor de Filosofía y Ciencias de la Educación y de yoga y disciplinas psicocorporales.
El informe Delors a la Unesco plantea cuatro objetivos para la educación en el siglo XXI: educar para conocer, educar para hacer, educar para convivir y educar para ser. De ellos es éste último aspecto el más descuidado en nuestro actual sistema, que efectivamente transmite conocimientos, enseña una profesión y cada vez más muestra el aprecio por una convivencia basada en el respeto. Sin embargo el cultivo de los valores propios y el desarrollo de una auténtica individuación entendida como autoconocimiento queda todavía fuera del sistema educativo.
Hoy mas que nunca es sin embargo imprescindible retomar el socrático conócete a ti mismo, pues ante el tremendo dinamismo y cambio de los conocimientos, profesiones y costumbres, la referencia mas sólida es nuestro propio interior. Sólo quien ha investigado en sí mismo puede transmitir esta búsqueda de lo esencial a los demás.
Programa
-Personaje versus esencia. La persona y su sombra como máscara del auténtico anhelo de ser. Los valores intrínsecos propios.
-El cultivo de la Atención como medio de fluidificar las cristalizaciones causantes del malestar en la educación. La consciencia como encuentro con el fondo, escenario de todos nuestros conflictos.
-La autoignorancia como fuente de alienación. El error de conocimiento como base del error de voluntad y desmotivación.
-Las razones del cuerpo: tensiones, síntomas y rigideces corporales. Modos de reapropiarse de los derroches energéticos.
-La actitud fenomenológica en el desarrolllo de la inteligencia emocional: cómo educar emociones con los sentimientos.
-El arte de vivir el conflicto: los contrarios como complementarios.
-El aquí y ahora docentes en el arte de la superación moral.
-Conócete a ti mismo: el centramiento como referencia imprescindible ante la inflación de información.
-La consciencia de lo concreto como fuente de fuerza, felicidad y sabiduría (saber resolver el enigma que la vida plantea en cada instante)
-Algunas referencias en el arte de educar para Ser. ( Psicoanálisis y psicología Jungiana, bioenergética, psicodrama, yoga, zen y dzogchen, existencialismo, tai chi, actualización o entelequia, gestalt, nuevo paradigma...)
Objetivos
-Contribuir a abordar la práctica docente desde una motivación de abundancia (de felicidad) y no de escasez ( síndrome del quemado).
-Desarrollar en sí mismo para poder facilitarlo en los demás el aprecio por los valores intrínsecos.
-Conocer técnicas concretas de reducción fenomenológica y meditación para poder practicar el centramiento en soledad y en el ejercicio de la docencia u otras actividades.
-Adquirir una cierta capacidad de transformar las emociones.
-Emplear y transmitir técnicas de imaginación activa para mejorar la capacidad creativa en todas las áreas.
-Manejar los ciclos de tensión-relajación, actividad-receptividad, implicación reflexión...para transmitir el sentido de la armonía.
Duración 20h. Impartido por Antonio Lameiro Couso profesor de Filosofía y Ciencias de la Educación y de yoga y disciplinas psicocorporales.
El informe Delors a la Unesco plantea cuatro objetivos para la educación en el siglo XXI: educar para conocer, educar para hacer, educar para convivir y educar para ser. De ellos es éste último aspecto el más descuidado en nuestro actual sistema, que efectivamente transmite conocimientos, enseña una profesión y cada vez más muestra el aprecio por una convivencia basada en el respeto. Sin embargo el cultivo de los valores propios y el desarrollo de una auténtica individuación entendida como autoconocimiento queda todavía fuera del sistema educativo.
Hoy mas que nunca es sin embargo imprescindible retomar el socrático conócete a ti mismo, pues ante el tremendo dinamismo y cambio de los conocimientos, profesiones y costumbres, la referencia mas sólida es nuestro propio interior. Sólo quien ha investigado en sí mismo puede transmitir esta búsqueda de lo esencial a los demás.
Programa
-Personaje versus esencia. La persona y su sombra como máscara del auténtico anhelo de ser. Los valores intrínsecos propios.
-El cultivo de la Atención como medio de fluidificar las cristalizaciones causantes del malestar en la educación. La consciencia como encuentro con el fondo, escenario de todos nuestros conflictos.
-La autoignorancia como fuente de alienación. El error de conocimiento como base del error de voluntad y desmotivación.
-Las razones del cuerpo: tensiones, síntomas y rigideces corporales. Modos de reapropiarse de los derroches energéticos.
-La actitud fenomenológica en el desarrolllo de la inteligencia emocional: cómo educar emociones con los sentimientos.
-El arte de vivir el conflicto: los contrarios como complementarios.
-El aquí y ahora docentes en el arte de la superación moral.
-Conócete a ti mismo: el centramiento como referencia imprescindible ante la inflación de información.
-La consciencia de lo concreto como fuente de fuerza, felicidad y sabiduría (saber resolver el enigma que la vida plantea en cada instante)
-Algunas referencias en el arte de educar para Ser. ( Psicoanálisis y psicología Jungiana, bioenergética, psicodrama, yoga, zen y dzogchen, existencialismo, tai chi, actualización o entelequia, gestalt, nuevo paradigma...)
Objetivos
-Contribuir a abordar la práctica docente desde una motivación de abundancia (de felicidad) y no de escasez ( síndrome del quemado).
-Desarrollar en sí mismo para poder facilitarlo en los demás el aprecio por los valores intrínsecos.
-Conocer técnicas concretas de reducción fenomenológica y meditación para poder practicar el centramiento en soledad y en el ejercicio de la docencia u otras actividades.
-Adquirir una cierta capacidad de transformar las emociones.
-Emplear y transmitir técnicas de imaginación activa para mejorar la capacidad creativa en todas las áreas.
-Manejar los ciclos de tensión-relajación, actividad-receptividad, implicación reflexión...para transmitir el sentido de la armonía.
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