LA PIEDRA DE LOS MUSICOS DEL APOCALIPSIS

En mi casa el éxtasis

Duele el dolor de la vida

Y el ser está bajo el suelo

Y en el techo

Bajo sobre mi y en mi
el ser no se empaña con el dolor

Los quehaceres pasan y mi casa
Me saca fuera de casa
Y mi casa es el universo

ahora

Un tiempo que aniquila
porque la nostalgia es hambre de lo que no hubo
y lo que hubo y fue
es como lo que hay y es
nebuloso y entre dolores
un extraño teatro de difícil argumento

entre jirones de pensamientos
la inteligencia quiere saber
un saber diferente del despiece de la vida

por eso valoramos los recuerdos
como si fueran completos
como si alguna vez hubieran sido completos

pero no lo completes ahora
donde te encuentras desnudo
y desnudo sigues debajo de los ropajes
desnudo debajo de todo conocimiento

en un tiempo sediento
hasta que abres la puerta de la transparencia
no los ojos
sino la facultad de ellos de recibir todo
y prosperar en ese silencio sin duración.

en la senda

La renovación de la abundancia reclama
el silencio como origen y como estación;

el oleaje exige el agua
volumen transparente donde se plasma el espacio

activamente inmóvil como el tigre sobre la presa
siento las estrellas y los planetas del mediodía
siento el conociiento en mis actos desde el silencio

y es silencio la palabra exacta, el latido del corazón
el sentimiento abierto en un mundo abierto a lo que se desvela.