Círculo de la verdad poética
mientras el mundo se escapa a gran velocidad
fragmentado en hirientes añicos
y el caminante respira el gozoso aliento helado de la mañana.
¡Ay verdad! ¡siempre ardiente y rítmica en sístole y diástole!
mi corazón se asoma al mundo
y se asombra y se estremece y se guarda en sí mismo
y el mundo se guarda y el temporal del océano sideral se calma:
esa fecunda rueda que sin aristas abarca.
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