¡Que generosa la lluvia en su pobreza!
de barro y piedra
de nube, transparencia y agua
simple llover sin nada
animal recogido en el bosque
sin letra, negocio, ni trampa
silencio e intimidad me llegan
soy en mi y mi corazón se llena
sitio del natural sosiego
no hay adonde ir
una luciérnaga en mi muestra todas las estrellas
¡Que generosa abundancia sin ruido!
sólo en los ojos la llama.
sábado, 19 de febrero de 2011
jueves, 17 de febrero de 2011
El bebedor que amaba a los pájaros
Pues también el exceso lleva
a pasar el horizonte y navegar mas allá de noche y día
pero los ojos deberían quedar abiertos
y manar lágrimas abundantes
para que el corazón flote protegido
y arda la llama en su propio universo iluminado.
Si permaneciste despierto en los placeres del exceso
y bailaste y viste en el borde del abismo
y quedó tu mirada indemne
entonces algo a medianoche vendrá
para por parajes secretos guiarte a la libertad.
a pasar el horizonte y navegar mas allá de noche y día
pero los ojos deberían quedar abiertos
y manar lágrimas abundantes
para que el corazón flote protegido
y arda la llama en su propio universo iluminado.
Si permaneciste despierto en los placeres del exceso
y bailaste y viste en el borde del abismo
y quedó tu mirada indemne
entonces algo a medianoche vendrá
para por parajes secretos guiarte a la libertad.
viernes, 4 de febrero de 2011
Ahora
Como siempre ante mí se despliega un infinito
paralizado de gozo quedo sin palabras
no hay restos.
paralizado de gozo quedo sin palabras
no hay restos.
Horos
Círculo de la verdad poética
mientras el mundo se escapa a gran velocidad
fragmentado en hirientes añicos
y el caminante respira el gozoso aliento helado de la mañana.
¡Ay verdad! ¡siempre ardiente y rítmica en sístole y diástole!
mi corazón se asoma al mundo
y se asombra y se estremece y se guarda en sí mismo
y el mundo se guarda y el temporal del océano sideral se calma:
esa fecunda rueda que sin aristas abarca.
mientras el mundo se escapa a gran velocidad
fragmentado en hirientes añicos
y el caminante respira el gozoso aliento helado de la mañana.
¡Ay verdad! ¡siempre ardiente y rítmica en sístole y diástole!
mi corazón se asoma al mundo
y se asombra y se estremece y se guarda en sí mismo
y el mundo se guarda y el temporal del océano sideral se calma:
esa fecunda rueda que sin aristas abarca.
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